Tengo un poco de prejuicio con ese tipo de concursos, pero también una vacilación, no sé si yo tuviera las cualidades física, psíquicas y apoyo, sino estaría ahí, para sentirme alguien en algún rubro.
Son cosas que las mujeres pensamos, creo.
Santa Cruz, Bolivia, estaba prevista como sede del próximo concurso de Miss Universo, pero retiró su postulación, porque el costo del evento superaba sus posibilidades.
Sorprendente, porque tengo entendido que antes de designar sede a un país en cualquier evento internacional hay una comisión que determina si el país está en condiciones de ofrecerse como anfitrión y no sólo económicamente sino en espacio, difusión y todo lo necesario para que un evento de características internacionales reporte como retorno los dividendos multiplicados y que benefician al anfitrión mejor que una cosecha de droga que dicen que son fortunas incalculables.
Nunca había escuchado de una cancelación por coste, siempre fue por guerras, tal vez desastre naturales, pero por plata, nunca.
Tengo entendido también que cualquier otro país, invertiría en un concurso de estas características por la misma razón, justo porque el retorno es mucho más jugoso, pero también la deuda posible, e incluso, el mal habido destino de la recaudación puede dejar al país anfitrión en deudas internacionales con los intereses usureros de siempre.
Bien por Bolivia, que dejó de lado la banalidad de ese concurso, bien por Zulma Yugar, ministra de culturas de Evo Morales, por decirle no a nadie menos que Donald Trump, organizador del concurso.
Para ser sede del evento, se solicitaba un desembolso de una cantidad astronómica, entre otros asuntos.
Ya que está tan efervescente el tema de los gastos de recursos, cito algunos de los recursos a tener en cuenta: “600 horas de limusina en aire acondicionado, 5200 noches en hoteles de 5 estrellas, 45.000 dólares para lavandería…” y sigue.
Es una maravilla cómo manejan los números estos yanquis, se las saben todas y las prevén todas, son impresionante en eso, claro que eso implica ser perfectos para las cuantas, para exigir, sobre todo.
Como frutilla del postre, se exige que el arbitraje se realice bajo leyes extranjeras, en contra de la constitución Boliviana y de cualquier país.
Bolivia, por ahora, no se dobla.
Los países suplentes, Croacia y Australia, tienen su oportunidad.
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