En alguna oportunidad, no sé si aquí o en otro antro (del saber, claro), formulé la hipótesis de que el tango "Cambalache" es uno de los que mejor describen la idiosincrasia porteña y, por consiguiente, debería ser propuesto como Himno de la Ciudad Autónoma o bien como Himno Nacional.
Ahora se me presenta un problema: Cambalache habla del siglo XX y ya estamos en el XXI. Además, resulta incomprensible para la mayor parte de los jóvenes de hoy día. Por eso me dirijo a ustedes, para preguntarles qué cambiarían, qué agregarían, qué... ¡qué sé yo!...
Lo que más me asusta, he de confesar... es que tengo la sensación de que el tango Cambalache hoy día se queda corto... :-(((
Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé,
en el quinientos seis y en el dos mil también;
que siempre ha habido chorros,
maquiávelos y estafáos,
contentos y amargaos, valores y dublé.
Pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldá insolente ya no hay quien lo niegue,
vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor,
lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao...
Si uno vive en la impostura
y otro afana en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!
Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon,
don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín.
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache, problemático y febril,
el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va,
que allá en el horno te vamo a encontrar!
¡No pienses más, tirate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao!
Si es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de las minas,
que el que mata o el que cura
o está fuera de la ley
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