Este trabajo propone una lectura de Tema traidor del héroe, desde diferentes puntos de vista, sintáctico, semántico y sistemas literarios en un entramado exegético de la propuesta borgiana. Refiere a un fragmento del cuento y un análisis parcial y subjetivo, como toda interpretación.
Cito a Borges:
“…en las morfologías que propusieron Hegel, Spengler y Vico; en los hombres de Hesíodo, que degeneran desde el oro hasta el hierro.”
(pag. 129, Ficciones, Emecé, BsAs. 1956)
El hilo conductor se relata por fragmentos, utilizando escritores en función de epónimos; Borges le sirve sus procedimientos al “lector salteado” –el lector Macedoniano.
Hegel, entrelaza los distintos modos del conocimiento como un proceso ascendente en Fenomenología del espíritu. Georg Wilhelm Friedrich Hegel presenta su método dialéctico donde desarrolla cómo el conocimiento evoluciona a través de diferentes etapas o momentos, desde la percepción sensorial hasta la autoconciencia y la razón y fundamentalmente el arte como creador del mundo.
Relacionemos esta idea con la de Condorcet (pag:128), –citado en el mismo texto–, esbozo de un cuadro histórico del progreso del espíritu humano, una visión optimista del desarrollo humano, argumentando que la humanidad progresa continuamente hacia un estado de mayor perfección y justicia, con el planteo desde el salvajismo del ser humano como el origen, hacia el fin superior.
La idea es una síntesis de la condición de existencia que produce el pensamiento.
Oswald Splenger, en La decadencia de Occidente planteó la noción de que el conocimiento histórico es un verdadero arte; un ámbito saturado de símbolos, que algunos elegidos logran develar.
Para Vico, en La ciencia nueva desarrolla cómo las historias de las naciones siguen un patrón cíclico que transcurren a través de principios, progresos, estados, decadencias y fines, partiendo de un origen común; historia ideal eterna, por la cual transcurren las historias de las naciones.
Los relaciona que los tres establecen un desarrollo axiomático en referencia al concepto de “verdad”, y los tres la definen, entre otros requisitos, en el conocimiento del origen de las cosas y su evolución.
Borges se refiere a la "morfología" de esos filósofos: al método y forma de dar cuenta de sus teorías, y que mismo observamos que aplica al texto que estamos leyendo: todas pistas de claves de lectura.
Juega con la idea hegeliana cuando retrocede en eras, en relatos, como si ir en retroceso fuera en dirección de encontrar la verdad, para el caso, el suceso que le están refiriendo.
Remite a la idea sobre que el pensamiento es estructurado, es lenguaje, es el lenguaje el que crea el mundo –el estructuralismo en Europa se desarrolló a principios del siglo XX, principalmente en Francia y el Imperio Ruso, en la lingüística estructural de Ferdinand de Saussure y el posterior Praga, Moscú, y Copenhague escuelas de lingüística–. Como movimiento intelectual, el estructuralismo se convirtió en el heredero del existencialismo.
Este es el gesto borgiano: sembrar las “bases” de alguna verdad con referentes que replican el relato de Ryan –el personaje que le refiere la historia, la palabra historia no es casual–, lo hace con nombres que conjugan con los fenómenos de la revolución, independencia, héroe, traidor. Y diseña una forma de escribirlo en que el narrador replica lo que piensa Ryan, desdibujando el hecho de que las comparaciones podrían ser de Ryan o del narrador de Borges.
Esta cesión de pensamientos, funciona como un cronista testigo, que a su vez refiere a un testigo y le permite desarrollar un narrador que puede funcionar con digresiones e idiolemas e ideologemas propios de un narrador que se asimila a Borges, o se intuye como Borges, de ahí que se tiene la impresión que el narrador es un alter ego de Borges que le permite no justificar apropiaciones o enfrentar cuestiones de transgresión de narrador como se ha llegado a sugerir.
Hesíodo está centrado en los mitos de sucesión de las máximas potencias divinas en su obra Teogonía, donde despliega un catálogo de dioses desde los orígenes de la humanidad y los mitos de sucesión y sus épicas; Borges dice: “del oro al hierro” me resulta una bella metáfora del valor, la belleza, la ductilidad con que "degeneran" hacia las armas.
Solo de esta frase se puede deshilar un conjunto de relaciones que tienta a perseguir intenciones como si nos quisiéramos aferrar a la estela de un cometa; tanto de las filosofías a que adhiere el texto, como a la función textual que involucra.
Yace –de yacimiento– en Tema del traidor y del héroe, presentación de representaciones de contextos externos que sobrepasan la extensión del propio texto, llevando el pensamiento hacia límites intangibles, como un libro que abarca otros libros y cuyo horizonte no se avizora; hay que acercarse hasta allí, solo para descubrir que hay otro más; donde se imprecisa el aspecto integral de un texto que se nos vuelve un laberinto de significaciones.
El carácter fragmentario de los referentes, constituyen una síntesis que da cuenta de ideas en función de historicidad lejos de los estereotipos.
Tema del traidor y del héroe, refiere a un conjunto de procedimientos literarios que conforman un legado ineludible para todo aspirante a escritor.
El presente artículo forma parte del libro Borges comentado.
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