Pagar las deudas, ni ahí. Pero dudo mucho también, que pueda tomar crédito nuevo. Financieramente pues, nada especial. En tal caso -a lost or lost situation-, que de las finanzas se ocupen en Wall Street, a ver si algún día pierden sí o sí.
¿Rezar?, ¿para qué?; ¿acaso para que me contesten de arriba "¡tarde piaste pelandrún!"? No creo che.
¿Rajar?, ¿a dónde? Porque si es para vivir de escafandra y vestido a lo macaquito de Michelin, sea enlatado en un trasbordador, sea asolado en la yerma superficie de la Luna, yo me quedo aquí sentado, y que sea lo que dios quiera.
Así que estoicamente, sí, me haría el mate, calentaría el agüita y me sentaría en algún risco para ver estallar el mundo mientras pucho en boca, aprovecho la boleada pa' juramentarle al cielo no fumar ya nunca más. Marcelita al lado mío, Pepe entre mis piernas; los tres abrazaditos como quien no tiene más cosa que hacer que sentarse en la estación a esperar que le llegue el tren. No sé qué diría, pero callado, ¿yo?, ¡imposible! Así que tal vez me dispusiera absurdamente a recitar aquello del fraile De León:
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.