Aprender inglés no solo nunca está de más, sino que es altamente recomendable en los tiempos que corren. Negar eso, como negar la necesidad básica de tener titulaciones oficiales en idiomas, sean certificados de inglés B1 o cualquier otro de niveles superiores o inferiores, sería ingenuo. Lo vemos cada vez que buscamos ofertas de empleo: todas las empresas, prácticamente sin excepción, exigen cierto nivel medio o básico en idiomas, fundamentalmente en inglés. Esto es así en todos los ámbitos incluida la atención al cliente, pues la posibilidad de atender a turistas y personas extranjeras siempre es potencialmente real.

Entonces, la cosa está clara: tenemos que aprender inglés de cero o mejorarlo, si ya tenemos la suerte de tener ciertos conocimientos esenciales; algo normal, puesto que, por suerte, hoy en día el inglés específicamente es obligatorio en los niveles más básicos de primaria y la Educación Secundaria Obligatoria. La verdadera pregunta que nos hacemos una vez nos hemos decidido a dar este importante paso es la que sigue: ¿es difícil encontrar escuelas y academias útiles y prácticas y, sobre todo, económicas? Y la respuesta es no sea donde sea donde vivamos, desde Madrid hasta Gran Canaria.

De hecho en Canarias, y más específicamente en la isla ejemplificado, es incluso más sencillo encontrar una buena academia de inglés en Las Palmas. No debemos olvidar la influencia del motor turístico en este tipo de servicios de aprendizaje. Hoy en día cualquier persona que viva en Canarias sabe perfectamente que disponer de unos conocimientos medios o avanzados en inglés, y tal vez demostrables con una buena titulación de Cambridge en Las Palmas, es vital. También, ciertos conocimientos de alemán. Ellos son, en definitiva, los principales mercados turísticos del archipiélago en general.

Por último, pero también importante, está el miedo a la pandemia del coronavirus. No obstante, si no queremos arriesgarnos a acudir a clases presenciales, siempre dispondremos de ayudas para clases telemáticas o a distancia. No en vano vivimos en la era de internet, y es precisamente gracias a ella que la crisis sanitaria ha sido más soportable de lo que pudo haber sido.