La materia de la que están hecha los planetas, polvo, gas, son partículas que al rotar alrededor de una estrella, generalmente en su misma dirección, al tiempo se convierten en planetas.
“Al tiempo” es una manera de decir, son tiempos en eones, horas con tantos ceros que no alcanzan las calculadoras para escribirlos.
Se supone que un planeta formado así, cuando está más o menos sólido, o que lo parezca, como nuestra tierra, sigue rotando en el mismo sentido, es de suponer que más lento, ya que mover una masa enorme no es lo mismo que mover la misma masa repartida en partículas, pero es exactamente lo que espera de la formación de un planeta, prolijidad y dirección correcta.
Sin embargo, siempre hay algo que se encarga de contradecir el orden natural, salió una noticia en la que se revela que hay al menos un planeta que se ha revelado.
El astrónomo, un científico de nombre Amaury Triaud, de un observatorio de Ginebra, afirma haber encontrado planetas, seis para se más preciso, que hacen todo lo contrario.
Sobre sus órbitas, giran en sentido contrario a la dirección en que gira su estrella.
Esto es una noticia de la envergadura del hombre en la luna, o más, es una “bomba astronómica”, habrá que sentarse nuevamente a inventar nuevas teorías, que expliquen este fenómeno, sin que derrumbe los otros.
Será interesante ver cómo se las arreglan estos científicos modernos para encontrar una explicación o darle un sermón a los planetas para que enderecen su actitud y circulen como Dios manda.
La cuenta de cuerpos celestes que contradicen las suposiciones va en aumento, no hace mucho, se descubrió un planeta que orbitaba un cuerpo celeste que no estaba en su estado de sol, y también fue un hallazgo inesperado.
Otras cosas extrañas encontradas, son planetas parecidos a Júpiter en masa y densidad, que orbitan en estrellas a menos distancia que Júpiter, así fue como descubrieron estos seis que orbitan al revés.
Los jupeterinos son interesantes porque se supone planetas que contienen hielo en la zona externa, la parte más alejada de la estrella, y se estima que esas partículas pueden migrar hacia sus proximidades, y tal vez, ese hecho sería el proceso con que se forman planetas pequeños como la Tierra.
Mira por dónde, capaz somos jupiterianos en vez de marcianos.
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