Por más que insisto, no hay caso, en todo mi cuerpo ha quedado la impresión, aunque todos estarían de acuerdo en admitir que el olvido es más persistente que la memoria, hay hechos que se resisten, no se apagan, y el tiempo sólo los hace crecer, si es posible.
Por eso, es mejor a veces, convertir el recuerdo del suceso en la mejor evidencia de episodio exótico, un lujo, un desperdicio de audacia y valor.
El recuerdo, aparece en todas las formas del sentido, por ejemplo cuando huelo a limpiador de pisos caros, sin que sea el de un hospital, cuando veo paredes perfectamente satinadas de blanco, cuando oigo el silencio mullido de pasos discretos sobre un piso de perfecto damero de mármol, cuando para subir escaleras, tocás la baranda y los dedos se encuentran con un romance inesperado entre la delicadeza de la madera y la seda de su consistencia.
Así de bello era el sitio, espléndido, sonoro, como sólo se consigue en esos exquisitos y monumentales salones de conferencias de las empresas importantes.
Lugares en los que uno está perfectamente vestido acorde con el riguroso traje y corbata, perfume que te regaló una mujer que sabe cuál va acorde a esos eventos, los músculos tensos, cerebro activado, porque compartís el mismo espacio y sensaciones con otros como vos, que te quieren eclipsar, preparados para parecer mucho más inteligentes que uno.
Así estás, dentro de tus zapatos nuevos, que compraste para estar a tono con la ocasión y medias viejas para sentir algo cálido y tuyo que te asegure un cable a tierra.
Con todos esos detalles pendientes, no supe cómo, lo único que no pude reponer fue la existencia de mis órganos internos, eso animal y biológico con vida propia que bullía dentro de mí, distraído en todo ese fluir de percepciones, en el mismo caldo de amabilidades y lujo silencioso que desplegábamos todos, la única fragilidad de mi cuerpo que no supe controlar, decidió expresarse, expulsando una bocanada de aliento sonoro, amplificado por la perfecta acústica de la sala.
El pedo huyó, secuestrando mi dignidad y el olvido posible para siempre.
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Gallo |
3/29/2012 11:19:53 PM |
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Usted, demonio, no puede ser real, pienso que es inventado. |
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2- |
TeVeo |
3/31/2012 4:36:26 PM |
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Nunca tengo muy claro si demonio es de lo peor, o es de lo mejor escribiendo. Nos genera una incomodidad y a la vez una sensación de desmesura que parece un logro más que algo malo.
Gallo, su comentario me ha dejado curioso, es una afirmación descalificatoria? calificatoria?, desconcertante como el autor. |
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3- |
Gallo |
4/1/2012 4:46:53 AM |
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Teveo, me hago la misma pregunta...cuando tenga la respuesta te aviso. |
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Qué onda en este lugar, loco...esto es chiste o cuento... |
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cuando ya calculo que no puede sorprenderme, aparece con algún dislate...aunque estamos aquó, comentando, lo que puede querer indicar que es un éxito este post, la pregunta de Lagarto es bastante pertinente, y es, creo, el defecto. La única razón por la que está la pregunta es porque se publicó en Letras, en vez de Humor. A ver, que opine alguien que sepa...
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