El comercio es siempre un rubro que tiene sus inversionistas, sobre todo cuando se alientan los entornos comerciales dentro de las propuestas de desarrollos constructivos, como parte del atractivo en la oferta de inmuebles.

Cada vez es más necesario contar con servicios completos, aún los que no están contemplados en el propio inmueble, servicios de entretenimiento, educación, comercialización, lo que implica que una inversión inmobiliaria esté acompañada de un muy bien informe del agente inmobiliario sobre las potencialidades del la inversión, que ya no depende solamente de la calidad de la construcción, ni del tamaño de la propiedad.

También tiene que ver con que la disponibilidad de créditos para la adquisición de un local tiene una carga menor que al invertir en propiedades.

El segmento llamado de retail, que se ocupa de la gestión de locales comerciales, dio un saldo positivo este año que nos deja.

Si bien, como siempre que hay intranquilidad en el mercado de valores hay un recambio de firmas y la ocupación de locales se inmoviliza, en el aspecto general lo que ha ocurrido es que se ha cambiado de rubros, pero se siguen ocupando los espacios que presentan alguna ventaja por estar en zonas de potencial desarrollo.

Ya hubo señales del éxito de estar atentos a nuevos emprendimientos inmobiliarios a la hora de elegir invertir en locales cuando se diseñó Puerto Madero, que fue una apuesta que obtuvo muy buenos resultados.

Con ese antecedentes muchos inversores estuvieron atentos a las zonas en las que se están realizando ofertas en edificios por construir, y es en ese sentido que los proyectos de fideicomisos se presentan como grandes inversiones.

Sobre todo cuando aparecen en zonas interesantes, además de comerciales como la propuesta de la inmobiliaria Mazzei Propiedades en la Zona de Congreso, el proyecto Tango Work  and Live, una propuesta a la altura de las grandes visiones.

En el año lo que más provocó demoras en las inversiones fueron las continuas turbulencias de los trámites administrativos, los cuales, aunque se realizan como un modo de proteger la inversión, no dejan de incidir en los precios de los locales y propiedades, que en algunos casos detuvieron o desaceleraron las decisiones de inversionistas o compras de inmuebles, e incluso postergaron negocios en marcha.

Los tipos de negocios que proliferaron, dieron una configuración, a su vez del tipo de locales y zonas en las que era conveniente invertir.

Muchos estarán de acuerdo en que desde ese punto de vista, los locales de venta de tecnología, telefonía y computadores reinaron durante al año.

Un rubro que parece invisible, pero es cada vez más necesario es: atención al cliente.

Los agentes inmobiliarios, se preparan, tardan años en aprender y formarse para ofrecer un buen servicio a los clientes, cada vez más se toma conciencia que el agente inmobiliarios es la primera impresión de un producto en relación al cliente. Por ello los locales de atención al cliente han comenzado a ser una práctica necesaria, lo cual ha reconfigurado la fisonomía de las zonas consideradas interesantes para invertir.

Era una práctica usual tener los servicios de los productos, tanto de soporte técnico como de atención al cliente en zonas alejadas de los locales de venta del producto, esa tendencia va cambiando y ahora se prefiere que las actividades de atención al cliente estén en el mismo ámbito que las ventas, lo cual parece ser un incentivo para confiar en el producto.

Estos nuevos servicios configuran un espacio mucho más específico en instalaciones, que son a su vez el motivo de las mayores consultas del año en las inmobiliarias.

Se solicitan muchos más metros cuadrados para estos locales que los históricos, y los clientes suelen ser de telefonía, bancos, servicios de cable.

Dentro de este rubro, las operaciones inmobiliarias presentaron una suba en las principales zonas comerciales de la ciudad.

Cabe esperar que en el año entrante la tendencia se mantenga, lo que generará una interesante alternativa para inversiones inmobiliarias.