Ancestralmente se le ha otorgado a las estrellas la cualidad de afectar las vidas de los seres humanos, más allá de las teorías astrales, hay una lógica irrefutable: si la simple luna, afecta las mareas, nosotros que estamos compuestos de más del 70% de agua, por qué íbamos a escapar a esa influencia.

Bajo esta siempre fórmula y desde las más complejas tradiciones chinas, nos llega esta forma de interpretar las leyes del cielo y la Tierra, bajo el nombre de Feng Shui (viento y agua), con la hipótesis de ayudar a mejorar la vida.

Es una disciplina aceptada en tanto no parece perniciosa y se basa en un conjunto de conocimientos que cuentan con el respaldo de la tradición de uno de los pueblos más antiguos del mundo: los chinos.

Básicamente es una doctrina que sustenta la existencia de un flujo beneficioso basado en la disposición del espacio y orientación del inmueble respecto a los puntos cardinales y las estrellas.

¿Es tu casa adecuada, según los principios del Feng Shui? Hay un principio de equilibro primario en el que es obvio que si hay un inmueble correcto dentro de esta teoría y obligatoriamente, los hay incorrectos, de modo que a la hora de declamar tal circunstancia, es lógico que sea información que se pretenda ser administrada por unos cuantos, secreta o al menos restringida, ya que no todos podemos tener la misma orientación, el mismo espacio, las mismas posibilidades, si hay una buena forma de organizar una casa, está la mala también, no existe la una sin la otra.

No sería extraño que la cualidad de esta distribución particular del espacio, bajo la visión del Feng Shui, fuera un servicio que ofrecerán las inmobiliarias del futuro, puesto que hay mucho del aliento vital que se desconoce, por qué no pensar que es posible que se pueda favorecer el destino de los habitantes adquiriendo ciertas nociones sobre esta modalidad de organización.

Mientras más se sabe o difunde el tema, como todo, las opciones van mutando, algunas escuelas le dan importancia a la relación del inmueble con su entorno: cercanía de montañas, ríos, ciudades y orientación respecto a las estrellas. Otros le suman al efecto la disposición interna, cuarto de baño, habitaciones, orientaciones y ubicación de los muebles.

Personalmente la idea me hace pensar en las evidencias de la naturaleza que respaldan la propuesta del Feng Shui, y lo más simple que se me ocurre como ejemplo es el caracol.

Ya todos saben que la forma del caracol depende del espacio en el que el animal desarrolla su vida, y esta forma es la óptima para el espacio que le toca vivir, si es en el aire libre, o si es en el mar, incluso en cada ámbito, el tamaño también es determinado.

Una curiosidad que se agrega a esa especie es el hecho de que hay otra criatura, de otra especie, que tiene mucha confianza en la habilidad de los caracoles para construir sus casas, sus exoesqueletos, en forma tan adecuada, son adoptados por otra criatura. Hay un tipo de cangrejo, que sintiéndose frágil por sí mismo, se la pasa buscando casas de caracoles desalojadas para convertirse en un feliz okupa, metiendo el cuerpo en estas casas Feng shui  de caracol y trasladándolas, ahora consigo mismos, protegidos por la gentileza de un caracol.

Tal vez, es hora de que las inmobiliarias, tomen en cuenta que el Feng Shui es un servicio interesante, que ofrece las ventajas del conocimiento de milenarias sociedades, los chinos, que es como confiar en la sabiduría del caracol que modela su casa, según un conocimiento superior que le ha otorgado los miles de años de evolución.

Según la teoría, el Chi (aliento de vida), circula, se dispersa usando el viento y el flujo de energía terminando en el agua, cuando el agua que encuentra el Chi es la de nuestro cuerpo, entonces somos beneficiados, lo que se manifiesta en un estado de buena salud y felicidad.

Aunque este artículo parte de una idea primaria con referencias en la naturaleza, hay una enorme cantidad de indicios, según los cultores de Feng Shui, sobre las bondades de su práctica, que han conseguido la atención de varios arquitectos de edificios importantes en el mundo.

Uno de los edificios diseñados específicamente bajo las normas del Feng Shui es el museo Guggenheim de Nueva York, se puede ver el beneficio en la cantidad de visitantes que no sólo van para apreciar las obras de arte, sino para estudiar cómo se aplicó la visión de este paradigma de Feng Shui, en una idea de interpretación occidental de un aspecto de la cultura oriental.

Siendo un edificio muy controvertido, por la forma, por la idea, porque se convirtió en una obra de arte, quizás más admirada que las obras de arte que alberga, su creador el Arquitecto Frank Lloyd Wright fue muy criticado, habiendo muerto antes de haberlo terminado, así como el dueño del museo, el mismo Guggenheim; bajo esa visión, el hecho de estar construido bajo la norma del Feng Shui, benefició al propio edificio y no a sus creadores, el dueño y el arquitecto, que no pudieron disfrutar de la admiración a que desde entonces el edificio goza.

Luego, una llamativa cantidad de Bancos, se acogieron a la cultura del Feng Shui, y no sólo en Shanghái y Hong Kong, sino también en Inglaterra.

Quizás por ello les va tan bien a los bancos.

Sería hora, tal vez, de meditar sobre esta creciente tendencia y pensar, por qué no, contar en la cartera del buen agente inmobiliario, de la inmobiliaria moderna, una buena oferta de casas o departamentos  ya creadas bajo este paradigma que propone que el caracol nunca se equivocó a la hora de crear su propia casa, sabiendo que el agua o el viento, son como órganos que modelan su mejor posibilidad de vivir.