El arte puede jactarse de surgir en forma explosiva, a pesar de las influencias y antecedentes sobre los que los artistas plásticos establecen su obra, como estándares de producción, el artista intenta salirse de la horma, innovar, revelarse contra modelos impuestos, bajo esa especulación se establecen fechas de rupturas, asociadas a personajes que promueven esas bisagras en el arte, aunque luego se intente explicar el hecho de que hay rupturas con dirección coincidentes en espacios pictóricos sin contacto.
Sin embargo, en algo se ponen de acuerdo, críticos y artistas, sobre todo cuando se nombra, cuando se ofrece una cota temporal, la exposición de Wassily Kandinsky, que llamó, Origen de la abstracción, puso un punto de inflexión en un conjunto de obras, que establece una atención especial a ese modelo del arte que ya se llamaría arte abstracto.
Observar las obras de este artista, pone en cuestión temas de materialidad y sentidos, la obra de este artista, no es solo formas y color, es vibración, que tiene que ver con la sonoridad. Hay una relación intensa entre la percepción sonora de los colores de sus cuadros, la impronta matemáticas, que suma a la sensación de sinestesia que provoca su obra. La obra de Kandisky, se escucha.
La experiencia de los sentidos necesitaba una forma de expresarlos que se apoyó en la palabra abstracto en la medida de que lo abstracto no es una definición de no forma, sino de comparecencia de sentidos, el impacto sensorial no es meramente de la vista.
El momento de origen del arte abstracto es también el momento de nacimiento de un lenguaje pictórico que conecta con los observadores que comienzan a comprender ese lenguaje, o por lo menos a encontrarlos justificado, intenso, y que se relaciona con el placer personal.
Aportar al arte un nuevo lenguaje requiere de sus traductores, o sus seguidores, y lo que parece un tibio intento se convierte en una explosión un estímulo sensorial inevitable que comienza con nombrarse y se establece por nombre propio.
No es casual que este artista inició tendencias y estudios sobre analogías musicales que tenía que ver con sus propuestas y producción pictórica, que da cuenta de un comportamiento con atención a aspectos de sonido, no sólo ópticos.
Algunos indicarán que la experiencia artística es uno a uno, la obra, el observador, el artista como intermediario, similar a todos los sentidos, la percepción del entorno es una educación de los sentidos; sin embargo, el impacto del arte sobre las personas no reconoce genealogías, lo que indica que la educación artística orienta, pero no es fuente del placer artístico.
La capacidad de ver, oír, oler, dialogar con la obra, y no sólo la pictórica, sino literatura, escultura, etc., tiene una expansión en los sentidos difícil de individualizar.
Una cosa es segura, el que ha sido impactado por la obra difícilmente deje pasar la experiencia como un momento único, se incorpora a su vida una sensación inolvidable, inigualable que intentará repetir, algunos buscándola en otras obras, otros convirtiéndose en artistas.
El arte abstracto convierte la apreciación de la obra a un modelo de percepción en vez de sólo conocimiento, un cambio que abrió el arte en sí mismo.