La salud bucal es sumamente importante en una persona, acudir al odontólogo debe ser una práctica regular en la vida de todo individuo, entendiendo que una boca sana puede prevenir muchos problemas en el futuro. Dentro de las especialidades del dentista encontramos la ortodoncia, cuyas técnicas pretenden mejorar la posición de las piezas dentales, bien sea por estética, dificultades bucales, entre otros factores que motivan al paciente a utilizar brackets.
Los brackets son popularmente conocidos como aparatos dentales, y en cierto modo es eso, son todos los elementos que se sujetan en la parte frontal o posterior del diente y que ejercen una fuerza constante para mover la pieza a su posición ideal. Es un tratamiento ortodoncista y existen diversos tipos según los problemas y necesidades del paciente, ahora bien, ¿cómo sabemos en casa si los necesitamos?
Evaluación personal de la dentadura
Hay muchos síntomas que probablemente nos señalan a gritos la necesidad de utilizar aparatos, sin embargo, no siempre son tan obvias o no tenemos muy claro si es necesario llegar a requerir los aparatos:
1.- Evaluación de la dentadura: los signos más significativos se presentan de forma visual, en primer lugar debemos determinar si las piezas están apiñadas o demasiado juntas, defecto que se conoce como maloclusiones, puedes ayudarte con el hilo dental para verificar la dificultad al utilizarlo y llegar a una conclusión más acertada.
Otro efecto visual es la separación, siendo uno de los problemas más comunes de pacientes que recurren a brackets, y por último, recuerda verificar tu mordida, la idea es que el cierre sea preciso, que todo encaje sin problemas ni molestias, no debe presentar sobremordida, Submordida o mordida cruzada.
2.- Molestias generales: si la apreciación no es suficiente hay que prestar atención a otros detalles, por ejemplo, una alineación inapropiada de la mandibular genera contracciones musculares y dolor de cabeza, morderse mucho internamente puede ser síntoma de una mala mordida y también el atasco de comida recurrente en ciertos lugares repetitivos son síntomas que pueden perjudicar tu salud bucal y producir gingivitis o caries producto de los gérmenes.
3.- El mal aliento: si el mal aliento persiste incluso después de cepillarte o pasarte el hilo dental, significa que hay bacterias acumuladas y el problema puede ser por una mala posición de las piezas.
4.- Escúchate al hablar: es una de las formas de identificación más fáciles en los niños, ellos no saben si tienen o no problemas en su mordida, pero si somos atentos y escuchamos un siseo mientras hablan puede ser un problema de maloclusión.
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