Estábamos en un jardín en Mons[1]. El joven Buckley llegó con su patrulla desde el otro lado del río. El primer alemán que vi trepó la pared del jardín. Esperamos hasta que hubo pasado una pierna y luego le tiramos[2]. Tenía tanto equipo encima y se lo vio terriblemente sorprendido y cayó en el jardín. Luego tres llegaron más lejos al bajar la pared. Les tiramos. A todos les pasó lo mismo.
capítulo 5
Era un día horriblemente caluroso[3]. Habíamos trabado una barricada absolutamente perfecta a través del puente[4]. Era sencillamente invalorable. Una enorme y vieja reja de hierro fundido del frente de una casa. Muy pesada para levantarla y uno podía disparar a través de ella y ellos debían trepar por encima de ella. Era absolutamente perfecta. Ellos intentaron saltarla y nosotros les disparábamos desde cuarenta yardas[5]. Ellos se precipitaron, y aparecieron los oficiales solos y pusieron manos a la obra. Era un obstáculo perfecto. Sus oficiales eran excelentes. Nos frustramos terriblemente cuando oímos que el flanco había cedido, y tuvimos que replegarnos.
[1] Mons es una ciudad belga próxima a la frontera con Francia. Allí se libró, el 23 y 24 de agosto de 1914, el primer enfrentamiento de la Primera Guerra Mundial entre la BEF (British Expeditionary Force, Fuerza Expedicionaria Británica) y el ejército alemán. El combate tuvo lugar en los dos costados de la ciudad, en una de las riberas del canal Mons-Condé. Así como en 'capítulo 1' Hemingway eligió una batalla icónica en la memoria colectiva francesa –ver in our time de Ernest Hemingway 1, nota 1–, en este relato eligió otro hito fundacional –su 'historia oculta'– del orgullo militar británico en la Primera Guerra Mundial, puesto que su infantería, en inferioridad de condiciones, logró demorar el avance alemán. De nuevo Hemingway muestra su 'ojo' para elegir un tema tan querido a lectores ingleses, franceses y norteamericanos –la colonia de potenciales lectores en París en 1924, que incluía, entre otros: a sus amigos Gertrude Stein, Silvia Beach, Ezra Pound, Ford Madox Ford y James Joyce–, en un momento en que la memoria de la contienda pasada estaba presente y era una realidad cotidiana.
[2] El verbo –acertado e intraducible– que usa Heminway es pot (then potted him), que indica la modalidad de caza para alimentarse, ignorando modalidades deportivas o éticas. Por lo general se realiza oculto y al acecho sobre presas desprevenidas: hembras con su cría, volatería que está en tierra o en el agua o animales terrestres abrevando o pastando y, también, temporadas de veda. Esta situación se enfatiza por el "se le vio terriblemente sorprendido" de la frase siguiente.
[3] Este relato, continuación de 'capítulo cuatro' está perfectamente ubicado en el presente histórico porque esa batalla se libró en pleno verano.
[4] Ver nota al pie número 1. De nuevo Ernest Hemigway apela a la memoria colectiva de esta batalla, por aquellos años épica. Porque las tropas británicas, bloqueando el acceso a los puentes sobre canal Mons-Condé, frenaron el avance alemán y anularon todo intento para superar los obstáculos; hasta que uno de los flancos de su ejército fue sobrepasado y debieron retirarse.
[5] De nuevo usa el verbo pot (we potted them), elección semántica que se enfatiza por la corta distancia de la acción; cuarenta yardas son poco menos de 40 metros. La técnica narrativa personaliza el relato de los protagonistas –de los que ignoramos nombres y nacionalidades– con el recurso estilístico de pronombres. En el caso de los alemanes: 'ellos'; y también en el bando del protagonista narrador: 'nosotros'. Además, remarcado por el uso de la tercera persona plural; 'debían trepar', 'intentaron saltarla'; 'disparábamos', 'tuvimos'.