Me irrita encontrarme con gente que presupone que todos tenemos que estar enterados de lo que hacen y quiénes son los integrantes de Gran Hermano, hablan por sus nombres y te involucran en opiniones que ni te interesan ni vos pronunciaste.
Escuché a la novia de un amigo involucrarlo en una situación de estas y con tan poco criterio de la situación que él explotó refunfuñando en una reunión pública que la próxima vez que mencionara que “él estaba de acuerdo” en alguna opinión suya de ese estilo, sería para cortar la relación.
Es exagerado, según mi criterio, el modo en que el cerebro de cada uno se relaja, se distrae, siempre es un misterio, conozco personas inteligentísimas que se quedan mirando a Tinelli, ante la pregunta de por qué, la respuesta es obvia: porque no pienso en nada cuando lo veo.
Lo cual para mi es extraño, lo único en lo que pienso frente a esos programas es en que pierdo lo más valioso: mi tiempo.
Encuentro que hay otros modos de no pensar nada que utilizan personas inteligentes también: emborracharse, por ejemplo, ¿conocen esas personas que son increíblemente inteligentes y se emborracha o se drogan?, ver a Tinelli me parece más sano.
Lo que me asombra, especialmente de Gran Hermano, es que indefectiblemente el rol de cada participante es directamente el de un primate, el casting de selección, es sencillamente de película de terror, tienen que ser conflictivos, con una historia morbosa, capaz de reaccionar en forma extrema, llegar a la violencia incluso, es decir: debe ser una persona vulnerable a cualquier impulso para poder ser manipulados por la producción.
Y luego, se trata precisamente de eso: generar situaciones límites para despertar los monstruos de cada uno y cultivar prolijamente las situaciones para provocar todos los conflictos posibles, sacar lo peor de cada integrante, todo para el disfrute de los que están afuera, pero no con el “objeto” de entretener, sino como una estrategia, Gran Hermano no es un programa “para el público”, “porque el público lo pide”, porque le “dan al público lo que el público quiere”, no, esa es la excusa, el verdadero objetivo son las empresas sponsors del programa, que pasean sus productos delante de los millones de primates que están viendo a unos cuantos locos matarse por exponerse ante cámaras.
Qué lindos seres humanos que somos, los de adentro de la casa y los de afuera.
Algún día, nos dará vergüenza que la humanidad haya pergeñado semejante “entretenimiento” digno de la mente de un nazi.
Ya se dice que entrar en ese juego (por decirle un nombre, francamente no me parece un juego, me parece una situación siniestra en el que se mete a gente que va a salir con la cabeza más podrida de la que entró), es prácticamente la puerta al estrellato, salir de ese “juego”, es como recibirse en la facultad, o mejor, porque ganarás más dinero, y no tendrás que tener experiencia más que en ser muy hábil para exhibir todas tus miserias, cuantas más, mejor, eso hace que el morbo de la gente te vote para llevarte al éxito.
Es una de esas cosas que hacemos los humanos que da vergüenza ajena, mientras, bajo la excusa de “entretenimiento”, no se le exige educación, ni ética, ni tan siquiera dignidad.
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