La mayor contradicción es cuando se quiere dar a la fe categoría de realidad.
Pero en la era de la palabra, todos los argumentos son buenos para justificar cualquier cosa.
El papa Benedicto XVI, Ratzinger (el pro nazi en el pasado, no lo vamos a olvidar, de la misma manera que no se olvidan, no es cosa menor), dice que hay que “abrir la mente” haciendo referencia a palabras de Stephen Hawking, el famoso físico, que incluyó la frase:”no es necesario invocar a Dios para que encienda la mecha y ponga el universo en funcionamiento”.
Que el representante de las leyes y actos más oscuros de todos los tiempos, la iglesia, diga que hay que abrir la mente, parece un chiste.
Y lo peor es que genera que la prensa difunda ese mensaje como tal, en vez de ver en esas palabras todas las contradicciones de los siglos de atraso que esa institución ha generado a la humanidad, además de dolor, injusticia, crímenes y los recientes y llamativamente masivos asuntos de pedofilia.
Mientras el papa opina sobre física, poniéndose al frente de una actitud tan cara a la humanidad: dejar sus responsabilidades a que la fe las resuelva; los hombres de fe se dedican al saqueo de estados, con dineros para el “culto”, que tan bien vendría para vivienda de los pobres en vez de alimentar la voracidad de la curia religiosa.
"No debemos dejarnos limitar la mente con teorías que siempre llegan sólo hasta cierto punto…”, dice el papa.
Es inaudito de ridículo que la institución líder en limitación de la mente, en manipulación de estados y personas diga semejante frase, mientras en su homilía trataba el asunto de los Reyes Magos y el nacimiento de Jesús, no sé si alguien como a mi le cabe lo ridículo del asunto.
En el medio de esa ceremonia, tan razonable, el papa dice: no mirando con cualquier telescopio, sino con los ojos profundos de la razón.
Digo yo, para cuando la gente se va a dar cuenta que hay que derribar de una buena vez ese ícono de la desvergüenza que es la institución de la iglesia.
Para cuándo la sensatez de la humanidad va a tomar posición y advertir que por esa institución el sufrimiento de la humanidad continuará, generará guerras, atrasos y sobre todo vampirizando a los que menos tienen para sostener ese discurso falso y vergonzoso.
Es una locura que algún día la humanidad se dará cuenta que sostenerlo por miles de años fue el desatino más grande de todos los tiempos.
Si Dios hiciera bien sus cosas, no puede enviar a un devanador de discursos a pretender colocarse a la altura de un físico cosmólogo de la altura de Hawking.
Algo anda muy mal en el departamento de empleos del cielo.
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