Parece mentira que estando en el siglo XXI, hayamos llegado al ciberespacio (además de la luna), y aún haya conquistas por resolver.
Va una ganada: el matrimonio Gay. Pero espero que no ronquemos sobre los laureles, hay muchas más todavía.
En mi listado tengo: el aborto legal, la eutanasia legal, entre otros que ya iré nombrando.
En el mundo, me reconforta la prohibición de matar toros, fiesta bárbara si las hay, en donde se somete a un animal al sufrimiento para divertir a la gente, un barbarismo que ya debería ser proscripto en el mundo entero y no solamente en una ciudad de España. Congratulaciones para el valiente parlamento de Cataluña, con ello han dado un gran paso humano al futuro.
Luego no hay que olvidar la barbaridad de la lapidación de mujeres por adulterio en Irán. A propósito de esta noticia, cabe destacar que también se lapida a los hombres, sin embargo a estos últimos se tiende a perdonar, mientras que para las mujeres no hay piedad.
En los males del mundo, las mujeres llevan las de perder, la violencia de género son la lacra del planeta, y en la mayoría de las ciudades no se tiene en cuenta como si fuera un aspecto “menor” o una cosa doméstica sin importancia. Con la violencia de género pasa como con el cigarrillo, a pesar de ser letal, está socialmente permitido, y ambos, el cigarrillo y la violencia de género son los casos de muertes que más se dan en el mundo.
Lo peor es que para evitar ambos se apela a la voluntad, se puede elegir controlarse y no fumar, así como no agredir a una mujer, ambas son cuestiones de educación que se imparten en el hogar. No me gusta creer que la humanidad tiene adentro ese germen destructivo y que no hace un mea culpa para controlar.
Hay otros asuntos de igual importancia: la caza de ballenas, la explotación de los recursos del mar sin control, la explotación de los bosques, pulmones del planeta promoviendo la desertificación en pos de un beneficio económico para unos cuantos y flagelo futuro de la humanidad, además de a extinción de animales y plantas con lo que en realidad extinguen la farmacopea de la naturaleza, y con ello probablemente nos extingan a nosotros.
Todos y cada uno piensan que puede explotar a otros o a recursos y que total a “ellos” no les va a pasar nada, ellos no van a sufrir las consecuencias, como si el resto de la humanidad no fuera responsabilidad de todos y cada uno.
Estoy seguro que me quedan muchos más por decir, porque la estupidez humana es infinita pero los recursos del planeta no. |