Mucha gente actúa con impunidad en Internet, avasallando derechos intelectuales, tomando notas, contenidos, imágenes de cualquier lugar y utilizarlos sin citar fuentes.
El derecho en este ámbito es ambiguo.
Sin embargo, en España ya se está gestando un proyecto con intenciones de regular esta actividad, en la forma de un organismo que tenga derecho a cerrar sitios webs si es que detectan transgresiones que competen al derecho intelectual.
Por ahora, se basan en las descargas indiscriminadas de programas, música, imágenes, las quejas de empresas generadoras de contenidos es ya un grito a voces, mientras unos cuantos proveen de contenidos originales cientos de miles los utilizan sin abonar un peso.
Aunque los buscadores adhieren a la actividad penalizando los contenidos duplicados, hay en el medio una ambivalencia en el compromiso, en cuanto a que las actividades de las mismas empresas que se quejan, a su vez incurren en la misma actividad con otras empresas, ya sea por el uso del software como por el uso de contenidos.
La falta de claridad en el enunciado de “uso”, atenta contra las posibilidades de control.
Esta discusión recuerda mucho a las vacilaciones que hay respecto a la literatura misma, en cuando hay un término denominado “metaliteratura” a la correspondencia en relación a otros textos, o “citas”, u “homenajes”, el asunto sigue en danza sin poder delimitarse.
Lo que pasa es que es difícil cualificar “intenciones”, en el fondo, hay que ver que todo es un problema económico, si la bajada de programas beneficiara económicamente a alguna de las parte que se quejan, tal problema no existiría.
¿Que cómo es posible? De la misma manera que Windows logró ser un software hegemónico, permitiendo la copia que lo colocó en primero en uso, y si bien hay miles de usuarios que no pagaron el software es cierto también que esos mismos usuarios son los que recomiendan a empresas, que sí adquirieron el software, su uso.
Es como tener vendedores al módico precio de permitirles usar el producto en forma gratuita.
Como sea, no hay que verlo todo como negativo, imaginen la cantidad de puestos de trabajo que esa nueva gestión implicará.
No todo es tan malo.
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