La oposición, principalmente neutralizada, sin propuestas, sin presencia, al igual que Macri, ha tomado conciencia que el pueblo es capaz de sus propias conclusiones sin necesidad de sus mensajes.
Lo peor es que la oposición usó este asunto para apoyar el cacerolazo, pero siguen en las mismas actividades: no proponer nada, no hacer nada.
Todos salieron a darle chas chas en la colita a la presidenta, pero no hay ninguna propuesta o hecho que los haga idóneos para opinar.
Miren a Macri, ¿lo han escuchado hacer algo por la ciudad o tan siquiera hacer sin decir?, no, sólo aparece con un micrófono para tirarle palos a la presidenta.
No soy kirchnerista, pero escucho los discursos de la presidenta, comete el error de Chavez y antes de Fidel de hacerlos largos, tediosos, llenos de autohalagos que uno no termina de separar la paja del trigo y comprender bien a qué quiere llegar.
En su informalidad, además, alusiones que pretenden ser chistosas con sus seguidores o funcionarios, con anécdotas que en su mayoría no le dicen nada a nadie y mayormente no importan, no sirven más que para que los diarios la editen y la hagan quedar como una mesiánica.
Cosa que ella refrenda con su actitud autoritaria y palabras fuera de libreto que la hacen más vulnerable.
Digo yo, no aprendió a seguir un libreto, un discurso coherente y desvíos, sin chistes ni pretensión de comentarios simpáticos, que le salía bien a Nestor, pero que en ella se ven y se oyen falsos.
Como sea, ella sigue hablando de cosas que hace, proyectos que benefician, por ahora, parece a los que la siguen, pero algo hace.
Mientras, la oposición, no hace nada, pero capitaliza su mejor producto: los discursos de la presidenta son poco serios. Suele hacer chiste desubicados, hace referencia a gente a su alrededor que no son del gusto público, la relacionan con personas que no son agradables en su gestión.
Con todo ese conjunto de puesta en escena, estoy en condiciones de inferir que apenas deje el mandato, ella y un grupo bastante concreto serán inmediatamente revisados en sus conductas, en sus patrimonios, en sus dólares, en sus acciones, mientras podían ejercer el autoritarismo.
Es claro, me parece, que aunque logre cambiar la constitución, la reelección es poco probable.
De todos modos, si algo ha caracterizado a Cristina es que no escucha, no ve, la realidad que nos quiere mostrar es extraña, no se entiende y sobre todo, está generando cada vez más irritación, hasta en los que la apoyábamos.
Recuerdo un discurso en el que dijo: estamos en un país que tiene un modelo capitalista. ¿En qué modelo capitalista se controla en qué gasta la gente?
Me pregunto otra cosa: si van a controlar los pagos por tarjeta, está claro que dejan de ser útiles, ¿cómo es que beneficia a los bancos eso?
Digo yo, mientras los bancos gastan enormes cantidades de dinero en publicidad para encajarte tarjetas, y mientras todo el comercio incentiva la compra de cosas, te tiran cuotas a lo bestia, descuentos impresionantes, ¿cómo es que hay actividades oficiales para lo contrario?
¿Señora presidente, se acuerda que estamos en un país en el que rige el modelo capitalista?
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