Ayer escuché parte del programa tlp, “Tiene la palabra”, en el cual entrevistaron a Lanata.
Lo tengo por un periodista informado, lector, pero además de no compartir opiniones, hay algo que siempre quise decirle: una cosa es informado, otra cosa es culto.
De personalidad muy carismática, la puesta en escena de gestos y su inobjetable uso de información hace que sea seguido, escuchado, y gozar de cierta credibilidad, sin embargo, lo pueden el sesgo que su propia egolatría no le permite discernir.
En sus dicho de anoche, podría refutar media docena de inconsistencias, por cuestiones de ignorancia, pero me voy a referir a las que me molestaron.
Una es el sketch en el que habla de la presidenta, en la que declara que se mataba de risa con sus colegas en Japón, por ciertos dichos de la presidente.
El que hago referencia y cito: “La presidente cuando se refiere a Kirchner lo menciona como él…”, como es muy astuto hace un espacio de silencio, “él, es Dios”, explica, y deja la frase sin terminar.
Con ello pretende dejar en el púbico la impresión que Cristina, primero está salida de foco porque sugerir que su esposo fue Dios, y luego que manipula al electorado sugiriendo que Kirchner era Dios.
Un poco de cultura Lanata: la denominación de “él” en el interior es siempre en referencia al esposo, al marido, al jefe de la casa u hogar, es común escuchar a las mujeres decir: “él vuelve enseguida”, “él duerme la siesta”, ambos casos se traducen para el escucha no ignorante que se refiere en el primer caso a que no se tomará ninguna decisión hasta que el marido no vuelva, la segunda que no se lo puede despertar o molestar hasta que el hombre de la casa está disponible.
Son leyes no escritas, modos, cultura provinciana; en ningún caso una connotación religiosa.
Lo que sí es curioso que Lanata mire todo a través de un sesgo que en muchos casos es ignorancia cultural y en ese en particular, traduce un discurso de la presidenta bajo la mirada de la interpretación religiosa, él es el que hace precisamente eso de lo cual acusa a la presidenta.
Algunos dicen que son omisiones a propósito, porque en el fondo es un manipulador, y lo es, pero todos los periodistas lo son, no se podría acusar a todos de ser humanos. Los que trabajan con las palabras, necesitan seducir, y cuando se dice que Lanata es carismático se refiere a eso: seduce; sus enfoques son interesantes, incluso porque dan espacio a polémicas como estas, en donde con detalles se construye un discurso acomodaticio a sus simpatías del momento.
Lo segundo que me molesta de Lanata es que actúa, y obliga a los otros aceptar eso, como si el mundo estuviera queriendo manejar sus vicios de fumar y entonces su resistencia es como una bandera sobre cómo no pasar sobre sus derechos.
Lanata siempre pone como condición que va a donde lo inviten siempre y cuando lo dejen fumar, sino, no va.
En principio, estaba fumando, mientras declaraba que los Argentinos siempre tenemos un doble discurso, uno en el que hacemos una cosa y la contraria, siendo que él mismo estaba exhibiendo exacto ese comportamiento: le importaba un rábano la gente que no puede elegir estar donde él esté, aguantándose que los matara con su cigarrillo: camarógrafos, locutores, periodistas, a los que sus trabajos no les da para elegir tener o no a Lanata, y se tienen que aguantar que fume y les arruine la salud.
Pero por supuesto, Lanata se autoperdona y con discursos acomodados siempre encuentra el modo de hacer creer que los otros invaden su decisión de fumar, sin tener en cuenta que con esa actitud obliga a gente que no puede elegir, matarse con su decisión.
Me asombra siempre ver cómo se sale con la suya, con estos y otros temas, termina haciendo sonreír hasta a sus enemigos, no los convence, pero son los que le dan la mano al terminar la entrevista y los primeros en admitir que la pasaron bien.
Yo también, como dije, desde el otro lado de la tv, soy de los que le doy el rating por lo cual lo invitan, en mi caso para reírme de cosas como las que comento aquí, pero en el fondo, son serias.
Pero su carisma no me impide ver el fondo, Lanata es una persona informada que se acomoda a los discursos controvertidos y que tiene armado un personaje bastante sólido con el cual trasmite un clima de funcionamiento ético, él es el que se sacrifica y se retira cuando no tiene espacio, siempre es para dejar el espacio a otros, para no afectar a otros, nunca conocemos el otro lado de la historia, en la que la realidad muestra que a veces, lo van, lo esquivan, en la mayoría de las opiniones serias, ni siquiera le creen, sencillamente es carismático y aún cuando se sabe que es un personaje con un discurso construido para ir por el lado que se le da mejor, es posible darle la mano y pasar una tarde grata.
Y es precisamente en ello, creo, que está su peligrosidad, todo ese personaje debe estar siendo comprado por mucho, y de ahí que cimenta su prestigio: una credibilidad hábilmente construida.
Seguramente la historia dará cuenta de este gran actor, que sabe cómo crear su rol en un escenario bastante complejo: el de la política.
Pero no dejo de ver a Lanata como un mesiánico, más cerca de la Carrió, con argumentos más inteligentes y mejor sustentados. Parecen dos ramas del mismo árbol, aunque la Carrió es más seria, le falla la realidad, en cambio Lanata es más astuto y la construye.
Dos autores y actores.
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