El poliuretano se descubrió en 1937, aunque hasta los años cincuenta no se comenzó a utilizar porque la tecnología no permitía procesarlo entonces. Su descubridor fue Otto Bayer. Hoy en dia el poliuretano está presente en una amplísima gama de aplicaciones (productos de frío, ventanas, barnices y pinturas, muebles, colchones, etc). Por supuesto, también en la construcción como aislante térmico y acústico.
Sus materias primas son el petróleo y el azúcar. Tras aplicarles procesos químicos se obtienen dos sustancias básicas: el isocianato y el poliol. Estas sustancias se mezclan para obtener el poliuretano. Dependiendo del tipo de cada una de ellas y los extras que se incorporen a la mezcla se obtienen poliuretanos más o menos rígidos, de celdas abiertas o cerradas, etc.
El isocianato y el poliol son líquidos a temperatura ambiente. Al mezclarlos se produce una reacción exotérmica (que expulsa calor) que crea enlaces entre ambos, produciendo una estructura sólida, uniforme y muy resistente. El calor producido en la reacción se utiliza para hinchar la mezcla, consiguiendo un volumen superior al de la suma de los dos líquidos. Esto es lo que se denomina la espuma rígida de poliuretano.
La espuma de poliuretano es el material más aislante que se conoce. Esto es debido a la baja conductividad térmica que posee el gas ocluido en las celdas de poliuretano. Solo el 3% del volumen de la espuma de poliuretano es materia sólida. Gracias a estas características el poliuretano alcanza los valores de aislamiento térmico exigidos por las normas de construcción con el mínimo espesor. Esto desemboca en una mayor superficie habitable en las edificaciones. A mayor grosor de la capa de poliuretano, mayor aislamiento térmico y acústico se consigue, con el consiguiente ahorro energético, beneficio económico y beneficio medioambiental.
Una de las mejores presentaciones del poliuretano para la construcción es el panel sándwich. Un panel sándwich es un núcleo de poliuretano limitado inferiormente y superiormente por capas de metal. Se consigue con esta estructura un producto rígido y autoportante que facilita muchísimo el montaje de fachadas y cubiertas perfectamente aislantes e impermeables. Su diseño permite un ensamblaje machihembrado que asegura las uniones. El diseño, color, textura y presentación de las placas de metal permite adaptar los paneles a cualquier ambiente y estilo. La utilización de paneles sándwich para nuevas construcciones o para la rehabilitación de las existentes es una opción viable y económica.
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