Los hay en todos los colores, blancos, rojos, azules, con formas adaptadas a las diferentes ocasiones en que se hará uso de ellas. Las bolsas de organza se han popularizado tanto en nuestro medio que se han hecho indispensables a la hora de depositar en ella objetos que pretendemos ofrecer como regalo a nuestros familiares, amigos y colegas de trabajo. Su aplicación, incluso, trasciende estas formas, haciéndose extensiva a eventos más formales, donde irán acorde con la atmósfera del lugar. Su increíble versatilidad las hace idóneas para ser utilizadas sin demoras en cualquier evento.
Las bolsas de organza Suelen ofrecerse bajo una forma rectangular, con dos cintas o adornos de cintas acopladas que permiten cerrarlas de la manera más sencilla posible, al tiempo que adquieren un mejor aspecto. Las hay en diferentes tamaños, por lo que su uso es realmente prolífico. Pueden ser monocromáticas planas o mostrarse bajo texturas y colores imaginativos. Lo importante es que nos facilitan la vida evitándonos la tediosa labor de decidir cómo habremos de entregar nuestro regalo, ya que son capaces de representar el amor o la consideración especial que queremos demostrar.
Su polifacética utilización no se limita a servir como envoltorios de regalos. La propia organza, hecha de fibras que le dotan de una textura crujiente agradable al tacto, oídos y ojos, puede ser empleada encarnando diversas formas. Como finas fundas de lapiceros, refinados adornos hechos a mano, en fin, su utilidad ha trascendido los iniciales objetivos que se tenían para ella.
Profusamente utilizada en la industria de flores para tocados o como acoplamiento adicional de composiciones más elaboradas, la organza se adapta perfectamente a cualquier capricho, del que se valen los diseñadores para exprimir toda su potencialidad. También son empleadas como pantallas de lámparas de mesa, sin desentonar en ningún momento con la atmósfera en el que se muestran.
Populares por su textura que parece almidonada, característica adquirida gracias a un proceso químico que no se quita con el uso ni los posteriores lavados, se utiliza también en la industria de la ropa. Con la organza se puede elaborar vestidos, blusas, velos de novia, sutiles adornos que acompañan a las prendas, visillos, pantallas, cortinas, incluso en lencería. Su magia parece no acabarse, se hace cada vez más y más popular.
Cuando se utilizan las bolsas de organza, suelen ser acompañadas por tarjetas que indican el nombre de la persona de quien provienen, junto con sus mejores deseos.
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Bolsas de organza
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