Solemos pensar, como sociedad en su conjunto y en nuestra privilegiada ignorancia, que las políticas de accesibilidad, como la instalación de salvaescaleras en Madrid en las zonas comunes de edificios de viviendas, o las rampas de acceso a edificios públicos con escalera, no nos afectan. Que, dicho de otro modo, han sido diseñadas, planificadas y puestas en práctica por y para colectivos de personas concretos, como gente mayor que ya no puede caminar como antes, o personas en sillas de ruedas. Pero todos y todas pertenecemos al género humano, lo cual significa que, en potencia, nos amenazan las mismas cuestiones en lo que a nuestra movilidad respecta. Para empezar, en teoría también acabaremos siendo personas mayores que ya no pueden andar como cuando éramos jóvenes, y un simple accidente de coche puede obligarnos a estar con muletas o en silla de ruedas, como mínimo, durante unos meses.
Dicho lo cual, extraemos de esta reflexión una verdad fundamental: las políticas de accesibilidad son para todas las personas. Naturalmente, primero y ante todo de aquellos que la necesitan ya, con absoluta certeza, y no solo en un futuro potencial; y lo cierto es que, nos guste o no, más allá de lo que nos pueda pasar a nosotros, vivimos en colectividad, y eso significa que nuestra responsabilidad es desarrollar empatía hacia personas con menos suerte que nosotros. Por tanto, y por poner solo algunos ejemplos, si vamos a una reunión de nuestra comunidad de vecinos y se trata el tema de la instalación de una salvaescaleras, nuestro deber es votar a favor; y si vamos a un centro comercial y hay una mujer en silla de ruedas esperando el ascensor, debemos dejar que pase en primer lugar. Porque, al menos ahora, nosotros podemos utilizar escaleras, pero ella no.
Esta responsabilidad también implica conocer, hasta cierto punto, los medios y herramientas de accesibilidad que existen actualmente, y su importancia en el área geográfica en la que nos ubicamos. Así, saber cómo pueden mejorar la calidad de vida las sillas salvaescaleras contribuirá a que estemos más concienciados sobre la cuestión; una que, repetimos, nos afecta a todos por igual.
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