Una boda, sea multitudinaria o discreta, al aire libre o bajo techo, religiosa o atea, es siempre una boda; es decir, hay una serie de tropos, por llamarlos de algún modo, que se repiten. La felicidad de los novios, en torno a la que orbita la alegría de los invitados y asistentes, es la más importante de todas ellas, y por eso no es de extrañar que a menudo se le conceda mucha más importancia a los trajes barrocos de dicha pareja, que a la decoración o al banquete en sí. En este punto cabe señalar lo siguiente: los tiempos, por fortuna, han cambiado en muchos sentidos, son más flexibles y más modernos en muchos sentidos. Así, no solo es posible hoy en día que la novia se atavíe con colores que no necesariamente deben ser el tradicional blanco roto, sino que el novio, de hecho, también puede escoger para su esperada boda un traje igual de deslumbrante, e incluso más colorido.
Por lo tanto, si somos de esas personas que están a punto de casarse pero que odian anclarse en un pasado caduco, estamos de suerte: es muy fácil, cada vez más, al menos, encontrar sitios en los que adquirir estupendos y variados trajes de novio a medida, y, por supuesto, también vestidos de novia de colores tan rompedores como el rojo, el azul o el negro. Una vez localizado ese espacio, el siguiente paso debe ser buscar y comparar modelos con mucha, muchísima, paciencia, ya que lo más probable es que encontremos tantas opciones estéticas y preciosas, que más bien queramos encargar al menos cinco o seis vestidos para cambiarnos cada cinco o seis horas durante nuestra boda. Por desgracia, seguramente nuestros ahorros no lo resistirían.
De todas formas, otro aspecto positivo de cualquier buena y moderna sastrería a medida es que, además de opciones en cuanto a trajes y vestidos, nos ofrecen normalmente una atención al cliente exquisita, sobre todo en lo que respecta al asesoramiento. Si tenemos dudas, si no sabemos con qué traje o vestido quedarnos, nos ayudarán a elegir con profesionalidad. En cualquier caso, luciremos impecables con total seguridad.
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