Se acerca el verano y, con él, la cabeza se nos empieza a llenar con la idea de disfrutar de pasteles fríos o helados. Algo similar nos ocurre en cuanto se aproximan los meses de otoño invierno, solo que, en esos casos, empezamos a tener fuertes y progresivos antojos de dulces navideños, bizcochos calientes, tal vez los siempre deliciosos roscones de Reyes, elaborados con mimo en las pastelerías industriales de Madrid y que, en realidad, solo saboreamos una vez al año en general. En cualquiera de los dos ejemplos hay algo que no cambia, un deseo o un anhelo en común: el de disfrutar de la repostería más exquisita. Eso, por suerte, podemos hacerlo a lo largo de los doce meses del año; y, si además vivimos en Madrid, no nos resultará especialmente complicado encontrar locales que nos ayuden en ello.
Espacios donde disfrutar de las creaciones reposteras más ricas los hay en todas partes, pero, si buscamos en concreto una pastelería industrial en Madrid, nos quedaremos a buen seguro muy satisfechos, tanto como se quedará nuestro estómago cuando paladeemos la tarta o la crepe, por ejemplo, que nos apetezca en ese momento. Encontrar la mencionada pastelería es fácil si hacemos uso de internet. Además, en la red encontraremos información sobre horarios y productos y, mejor aún, sitios web corporativos. En ellos encontraremos todo tipo de información y tendremos incluso acceso directo a la atención al cliente. Algo que, aunque no lo parezca, es importante incluso en una pastelería si por ejemplo queremos información de prevención frente a la pandemia.
Sea como sea, no tenemos por qué aguantarnos las ganas de degustar cualquier delicia de fábrica de pastelería, especialmente si es en Madrid. Si lo que nos preocupa, por otro lado, es mantener la línea, siempre podemos alternar entre el capricho en cuestión y la comida sana. A fin de cuentas, y como dicen los nutricionistas más sabios, en la variedad no solo está el gusto, sino la rutina realmente positiva para nuestro cuerpo y nuestra salud. Pero ¿y si el dulce disfrutado nos ha gustado tanto que queremos repetir? Pues repetimos, siempre en el momento propicio. En definitiva, solo se vive una vez.
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