Comprarse un armario siempre es emocionante. Pero, si no tenemos claro de antemano qué modelo deseamos y qué uso le vamos a dar, también puede resultar un tanto estresante. A simple vista, la respuesta a esa pregunta no formulada, qué hacer con él, parece fácil: guardar ropa, complementos, toallas o sábanas, lo que se tercie. Pero, si fuera tan sencillo, ¿existirían muchas y muy variadas tipologías, más o menos grandes, y distribuidos de formas heterogéneas en el interior? Las necesidades organizativas de las personas en su vida cotidiana no suelen coincidir, aunque tengan puntos en común. Por eso, primero y ante todo debemos, como acabamos de decir, analizar las nuestras, y descubrir así qué alternativas de compra nos conviene priorizar.
Un ejemplo: ¿En qué se diferencian los armarios empotrados de los tradicionales? El adjetivo en sí ya es lo bastante explicativo. Un modelo empotrado va, y valga la redundancia, empotrado a una pared o a un nicho de una casa, normalmente en una pared lo bastante extensa y, a ser posible, entre columnas o vigas. Las personas que instalan en su hogar esta útil e interesante opción suelen ser personas que ya tienen una vivienda en propiedad o están en ello, puesto que, si eventualmente nos mudásemos, no podríamos llevarnos con nosotros el mueble. Ahí reside una primera diferencia fundamental.
Hay otras, claro, y quedan abiertamente demostradas si estudiamos las ventajas prácticas y funcionales de otro tipo de armarios. Por ejemplo, los tradicionales, ya nombrados, son útiles precisamente si vivimos de alquiler o tenemos la intención de mudarnos en un futuro inmediato, puesto que en todo momento, y vivamos donde vivamos, dispondremos de nuestro espacio para guardar y ordenar nuestras pertenencias. Es, sin duda, mucho mejor que comprarnos otro, y más aún ahora que, por culpa de la todavía presente crisis económica derivada de la pandemia, vigilamos con lupa nuestra economía y nuestros ahorros más que nunca.
Incluso dentro de los tipos que hemos puesto de ejemplos hay otros subtipos, clasificados en función de sus puertas abatibles o correderas, la estética, el material, etc. Debemos estar seguros de que compramos justo el modelo que necesitamos.
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