A menudo soñamos con la boda ideal, al menos si somos personas tradicionales y románticas en cuanto al amor y la construcción de una vida en común con la persona amada. En este sentido no importa tanto que seamos o no religiosos, ya que la principal diferencia estriba en oficiar la ceremonia en una sala de los Juzgados o en una iglesia, o tal vez en cualquier otro templo si nuestras creencias y tradiciones culturales son otras. Lo que importa es lo que se mantiene en común en todos los casos: la ceremonia propiamente dicha, los invitados, el banquete y, por supuesto, los vestidos de la novia y los trajes de novio.
No hay tanta variedad respecto a esto último, podríamos pensar. A fin de cuentas, la novia viste de blanco y el novio de negro. Si pensamos eso, vivimos anclados en una época que se terminó hace ya varias décadas. Hoy en día, no solo es fácil encontrar deslumbrantes novias que se casan de rojo o incluso de negro, por poner solo dos ejemplos poco ortodoxos, sino que también es posible ver trajes para novios de colores azul pastel, verde brillante, púrpura radiante o una variopinta mezcla de todos ellos. Los tiempos cambian para bien muy a menudo y, de hecho, podemos mencionar también los cambios sustanciales en las relaciones entre novios y novias.
Por desgracia, también acontecen sucesos malos e inesperados. La pandemia de la COVID-19 es uno de ellos. Nunca pedimos una crisis sanitaria a nivel mundial, reducir el aforo de nuestras bodas y llevar en ella una mascarilla para proteger nuestra salud y la de otras personas. Sin embargo, nos hemos adaptado bastante bien a las circunstancias; y hoy en día, incluso la mascarilla puede ser un accesorio nupcial muy bonito si sabemos cómo elegir la más adecuada según nuestro vestido.
En la actualidad, además, cualquier sastrería a medida profesional se ha adaptado muy bien a la situación. Por lo tanto, la pandemia no es un problema, como no lo será que novias y novios elijan sus vestidos y trajes favoritos sin constreñirse por normas estéticas.
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