Vigilar lo que ocurre en aquellas zonas que consideramos de seguridad puede parecernos innecesario en un principio. Sin embargo, si lo pensamos a fondo, nos daremos cuenta de que, si en cierto modo las consideramos seguras, es precisamente porque debemos pensar que nadie entrará en ellas sin nuestro permiso. En ocasiones puede bastar con la cerradura de refuerzo de la puerta de entrada a nuestra casa, si es lo bastante sólida, y si indudablemente no existe ninguna vía de entrada desde el exterior, lo que sucede si por ejemplo vivimos en un quinto piso.
Si no es así, y si las ventanas son, a todas luces, puntos débiles, es posible que se nos active un miedo recurrente: ¿y si alguien entra, roba o nos amenaza de alguna manera? Si además hay mascotas o niños pequeños en casa, nuestro miedo a que sufran algún daño aumenta. En estos casos, por lo tanto, podemos necesitar de otros recursos de seguridad, sean rejas, sea la instalación de cámaras de seguridad. Esto último, podríamos pensar, no es efectivo en el sentido de que no impedirá el daño. Pero poder grabar los movimientos de la persona que entra en casa nos puede permitir identificarlo y, por lo tanto, recuperar lo robado y quedarnos tranquilos.
Para proteger el hogar, las cámaras de vigilancia analógicas puede que sean las más recomendables. Primero, porque son económicas, lo que no es en absoluto sinónimo de mala calidad. Más bien, el precio tiene que ver con la sencillez tecnológica, que sigue siendo igual de efectiva que en el caso de las más modernas cámaras digitales o con funcionamiento en red o mediante el uso variado de dispositivos electrónicos, como las IP o las cámaras CCTV. Estos últimos modelos están muy bien, por ejemplo, para proteger negocios y espaciosos edificios públicos.
Para nuestra casa, como ya hemos dicho, las analógicas son tan efectivas como asequibles. Estratégicamente colocadas, nos ofrecerán protección y disuarán a cualquier persona de entrar si las localiza. Así, nuestras mayores preocupaciones seguirán teniendo que ver con la pandemia de la COVID-19, no con la seguridad de nuestra casa.
|