Incluso en la era de la pandemia del coronavirus, hemos asistido, a lo largo de todo el año pasado y durante lo que llevamos de 2021, a numerosas luchas sociales ejercidas tanto a nivel regional y nacional, como en contextos globales. Sin entrar a valorar los motivos de cada colectivo al ejercer sus luchas personales, hay que preguntarse de dónde salen o, más bien, cuál es el caldo de cultivo, el contexto social y psicológico que genera este tipo de reivindicaciones. Eso nos lleva a una realidad innegable: la psicología, más allá de sus aplicaciones funcionales y terapéuticas, es indispensable para entender a la humanidad en sí misma.
Por esa razón, si nos apetece aprender sobre psicología por el mero placer de hacerlo, nunca debemos considerar que esos conocimientos son prescindibles o no servirán para algo. Para empezar, la mera idea de que saber algo tiene que servir para algo ya es en sí peligrosa, pero, si aun así necesitamos esa concepción para sentir que aprovechamos nuestro tiempo, veámoslo así: sirve para convertirnos de manera progresiva en personas con un pensamiento independiente. Desde la psicología junguiana, hasta el psicoanálisis freudiano.
Además, vivimos actualmente en la era del conocimiento libre gracias a internet. No tan libre como podría serlo, pero bastante. La información circula a diario en la red y trasciende los soportes tradicionales, como el libre. Ahora, si queremos saber un poco más sobre Jung y sus teorías, solo tenemos que meternos en la web de Sepa en España, un portal web en el que el diálogo y los trabajadores de investigación relativos al pensamiento de este importante pensador y padre de la psicología en general.
Porque, aunque podemos recurrir, como hemos dicho, a la tradición de los libros para saber más de CG Jung en España, internet, al conectarnos con personas expertas y aficionadas a la misma cuestión, nos permite ejercer conversaciones y saber a través de cientos de puntos de vista diferentes sobre una misma manera. Ese sincretismo de teorías y pensamientos variados es la base del conocimiento sólido y es, en definitiva, lo que nos hace humanos.
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