Cuando se acercan fechas festivas señaladas, normalmente se nos activa el área del cerebro que conecta de forma directa con el paladar. Por ejemplo, en Navidad empezamos a fantasear ya desde finales de noviembre con los turrones, los polvorones, las hojaldrinas y, por supuesto, los riquísimos roscones de Reyes, esto último a medida que se va acercando la Navidad. En cierto modo, nos sentimos un poco tristes por la época histórica que nos ha tocado vivir, ya que la pandemia ha causado que nuestras relaciones sociales en una época tan familiar se vean afectadas. Pero eso no significa que tengamos que renunciar a comer bien y a disfrutar con los dulces.
De hecho, podemos acudir sin sentirnos culpables a una pastelería industrial de Madrid para comprarnos un roscón o para llevarnos a casa algunos dulces navideños. En la llamada Nueva Normalidad, el uso de la mascarilla obligatoria y la desinfección de manos han transformado las pastelerías y dulcerías en espacios realmente seguros. Además, ¿qué hay más compatible con quedarnos en casa para reducir el riesgo de contagios que comprar comida que a la postre disfrutaremos en nuestro propio hogar y con nuestro círculo familiar reducido y más cercano?
Porque tal vez la vida, tal y como la conocíamos antes de la crisis sanitaria, con sus aglomeraciones y sus reuniones masivas, se haya visto momentáneamente paralizada, pero no así nuestro afán por comer. Y las tradiciones navideñas, muchas de las cuales descansan en el buen hacer de cualquier fábrica de pastelería, siguen su curso, no han desaparecido ni se han visto momentáneamente estancadas. Por eso, no tenemos por qué sentir angustia ni lamentar demasiadas cosas.
Además, llegará el día en el que la pandemia toque a su fin y podamos dar una gran fiesta, por supuesto también con un buen surtido de dulces y pasteles. Mientras tanto, vamos a permitirnos el lujo de disfrutarlos nosotros. Es más, estas Navidades, si no sabemos qué regalar y no queremos exponernos demasiado a compras navideñas, visitar una pastelería y regalar cualquiera de sus productos siempre será un regalo bonito y acertado. ¿Quién podría negarse?
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