Habilitar de manera correcta los espacios para desarrollar proyectos industriales potentes y de larga duración no es fácil. La industria requiere una inversión en numerosos ámbitos, y esto es así no solo en las grandes ciudades, sino en cualquier región del país. En las zonas costeras lo apreciamos con bastante evidencia en las zonas portuarias, mientras que en las de interior, por ejemplo las dos Castillas, se evidencia en la industria de interior, y podemos mencionar por ejemplo la industria cárnica o láctea. Hace falta equipo y mantenimiento de todas las clases.
Por supuesto, también hacen falta profesionales, para lo cual las regiones, y en sí el Gobierno central también, deben garantizar una adecuada formación profesional, especializada a posteriori en cada ámbito industrial y, por supuesto, en cada espacio geográfico. Los ingenieros de Palencia deben conocer a fondo el terreno en el que se mueven, especialmente si por según qué circunstancias han terminado trabajando en alguna industria de la región pero vienen de fuera. Lo mismo ocurre también con los ingenieros de Valladolid y del resto de ciudades.
Pero, como suele decirse, un profesional sin buenas herramientas de trabajo no es nada. Aquí entran todos los recursos materiales que sean de especial importancia, empezando por las naves industriales y los espacios de trabajo propiamente dichos, sea cual sea la naturaleza de los mismos. También, las máquinas empleadas, y en ese sentido es común que muchas industrias subcontraten por ejemplo a empresas de diseño de maquinaria, las cuales construyen y dotan a los profesionales del sector y de sus subsectores de las más necesarias.
Es decir, en la industria láctea, por ejemplo, cepilladoras, etiquetadoras, cubas o desmoldeos; en la cárnica, anestesiadores; etc. También, las cintas transportadoras, el material de embalaje y todo aquel conglomerado que garantice el trabajo en unas óptimas condiciones en cuanto a electricidad o ventilación. Hay muchos aspectos que tener en cuenta y todos ellos deben cumplir con unas rigurosas medidas de protección para los trabajadores, quienes son, en resumidas cuentas, el mejor activo con el que cuentan todas las industrias, estén donde estén y sean cuales sean.
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