La mayoría de la gente piensa en Madrid como el lugar más idóneo para vivir. Hasta cierto punto es comprensible. Es la capital, es decir, el núcleo de los servicios y del empleo en nuestro país junto con otras grandes ciudades. Muchas personas que habitan en pueblos, en ciudades pequeñas y en zonas periféricas se trasladan a la capital para conseguir trabajar en ese sector en el que no hay muchas posibilidades en su lugar de origen, o para empezar una carrera universitaria a la que tampoco tienen acceso en sus universidades locales.
Sin embargo, creer que por ello Madrid es la única opción posible y segura para trabajar es un error, y de hecho queda demostrado con los núcleos urbanos de sus alrededores. Contratar unas mudanzas en Alcalá de Henares por motivos de estudios o de trabajo, por ejemplo, es muy buena idea si se da la casualidad de que el tipo de formación o de empleo que necesitamos, materializado en forma de una empresa concreta en la que encajamos y en la que además hay una oferta de empleo ideal, existe allí, y no en Madrid.
Además, unas mudanzas en Alcalá de Henares presentan otro tipo de ventajas. Para empezar, puede que no vivamos en Madrid, pero estamos cerca, y podemos subir tan a menudo como lo necesitemos para hacer uso de otro tipo de servicios, o incluso para aprovechar la variada oferta cultural y de ocio nacional e internacional que ofrece siempre la capital. Por otro lado, no a todo el mundo le gusta vivir en conglomerados urbanos poblados en extremo, y en ese sentido unas mudanzas a Alcalá de Henares se presentan como una grata solución. No porque la ciudad sea pequeña, sino porque su tamaño no es tan excesivo como para acabar resultando agobiante.
La conclusión que extraemos es que, si bien a priori existen lugares donde es preferible vivir, donde el abanico de oportunidades es más amplio, a veces las oportunidades reales y tangibles vienen solas y en lugares en los que no las esperábamos. Alcalá de Henares es un claro ejemplo de ello.
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