La gente suele distinguir entre dos tipos de lectura: la ligera, que suele ser la de entretenimiento y ficción para relajarse antes de ir a dormir; y la densa, que normalmente exige de nosotros no solo entendimiento y concentración, sino voluntad de aprender sobre un tema concreto. En el primer caso, suelen ser libros ligeros, editados en formatos de poco peso y con pocas páginas, ideales para leer un capítulo durante un tedioso trayecto en bus o en la sala de espera del dentista; en el segundo, el formato cómodo no necesariamente va reñido con la densidad, pero muchos son libros bastante pesados, precisamente pensados para que los leas sentado en una biblioteca, y no acomodado en una cama o en un sofá.
Esto, sin embargo, me parece una clasificación dicotómica muy simplista, similar al mero hecho de decir que en la vida las decisiones éticas son blancas o negras olvidando toda la escala de grises que hay en medio. Una novela de aventuras, una lectura ligera, puede rozar las mil páginas, no hay más que ver los libros de la obra de George R. R. Martin. Por otra parte, los clásicos de la literatura universal y los manuales de aprendizaje pueden aparecer, como ya he mencionado antes, en formatos tan ligeros que se convierten también en candidatos ideales incluso durante los mencionados trayectos en transporte público. Y aquí es cuando llego al meollo del asunto: un libro de aprendizaje, de esos que requieren toda nuestra atención, como uno que vaya sobre la psicología de Carl Gustav Jung, también puede ser entretenido y relajante; en este caso, lo único que tenemos que ser es aficionados a la psicología y, más específicamente, a la psicología analítica.
Porque si lo somos, no solo nos entretendremos comprando o sacando de la biblioteca estos libros para leer un capítulo antes de dormir, sino que también nos sumergiremos en http://sepanalitica.es la web de SEPA en España, para buscar más información sobre la comunidad de adeptos a la psicología de Jung. En resumen, el entretenimiento depende de nuestros gustos, no de la densidad de la obra.
|