Estas fechas navideñas son tan agradables... Primero, el gasto excesivo de nuestro sueldo en regalos de navidad; luego, el empache de comida y dulces que ni siquiera nos gustan y que mandan al traste nuestra dieta y todo el esfuerzo que hemos hecho el resto del año haciendo deporte; y tercero, la reunión en el salón de casa con nuestros tríos, primos y y tío abuelos lejanos, esos con los que nunca hablamos y a los que ni siquiera recordamos. Los hay con suerte porque solo celebran estas fechas con la familia cercana o, directamente, tienen una familia pequeña; pero los que tienen un sinfín de parientes lejanos suelen estar abocados a la catástrofe de tener que organizar algo para un montón de personas a las que no hace falta ver. Si el salón de casa o el comedor es pequeño, se sufre. Bueno, se sufre ya no solo en Noche Buena o Noche Vieja, sino en cualquier otra celebración que se pretenda hacer, aunque sea con nuestros amigos. Si somos muchos y no cabemos, tenemos un problema.
¿Mudarse a una casa más grande? Tal vez, pero una mudanza no deja de ser un trauma para nuestra cuenta corriente, y a lo mejor no hace falta llegar a tanto. De hecho, ¿saben ustedes que existe la opción de rehabilitar la fachada del edificio? Al menos una pared exterior si es la de nuestra casa. Este tipo de rehabilitaciones de edificios sirven para muchas cosas, entre ellas arreglar el exterior y restaurarlo para que sea más estética; pero también sirven para empequeñecer una habitación demasiado grande o, por el contrario, lo que nos interesa según las circunstancias que acabo de exponer: ampliarla. Obviamente, no siempre se tiene paciencia para aguantar obras en casa; pero en este caso les aseguro que hay empresas de rehabilitaciones de cubiertas que hacen un trabajo tan limpio y tan profesional, que ni siquiera lo notarán.
De hecho, a mí me gusta poner siempre algún ejemplo del cual, además, puedan extraer más información, y aun mejor, que la que yo les estoy dando; como, por ejemplo, http://hermonrehabilitaciones.com.
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