La elegancia es algo que se lleva dentro, o eso dicen. Eso es verdad: si una persona es elegante, da igual que esté engalanada con un traje o un precioso traje de lentejuelas o, por el contrario, aparezca de andar por casa y con la ropa deportiva tras haberse pasado cuarenta y cinco minutos haciendo footing: todo eso lo va a lucir igual. De todas formas, la elegancia no es solo un «don», por así decirlo, sino también criterio; es decir, el criterio de saber elegir el atuendo justo para cada ocasión y, además, el saber combinarlo bien con los complementos precisos. Un pantalón vaquero no sirve para una cena de trabajo, de igual modo que no tiene sentido ponerse de punta en blanco para una reunión informal con unos amigos en una cafetería. En definitiva, hay que saber gestionar bien nuestro armario y, si nos compramos algo, saber que es exactamente lo que la ocasión requiere.
Hemos hablado de complementos. Y es que no solo de la moda textil vive la persona relativamente acomodada del siglo XXI, sino también de las joyas que se ponga. Afortunadamente, hoy en día la palabra «joyas» no se asocia exclusivamente a la mujer, y un hombre puede ser muy elegante con pendientes, con collares, con anillos y con pulseras. En cuanto al reloj, sigue siendo el complemento mixto por excelencia, pero no sirve cualquiera. Y eso me lleva también a la relojería elegida: no en todas existe la misma gama de relojes, y, si queremos uno para un evento exclusivo en la capital, lo ideal es darse una vuelta para buscar sitios donde comprar relojes en Madrid, y es probable que debamos comprar un reloj por el Barrio de Salamanca si queremos precisamente eso: encontrar un amplio catálogo de productos.
De todos modos, las nuevas tecnologías se ponen a nuestro servicio si queremos comprar relojes en España en general, y nos permiten buscar más información sobre sitios de calidad como http://www.vendoreloj.es si nos sentamos frente al ordenador. Luego solo queda lo más difícil: escoger el reloj ideal, algo tan complicado como elegir ropa.
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