El arte se manifiesta de muy diversas maneras; tantas, que desde hace siglos una de las discusiones más polémicas del mundo ha seguido vigente sin una respuesta concreta. La pregunta que genera siempre tal debate es la siguiente: ¿qué es el arte? «El arte es la plasmación del mundo», dicen unos. «El arte es la expresión de los sentimientos personales», replican otros. «El arte es el reflejo de la idiosincrasia de una cultura concreta», se empeñan en remarcar unos terceros. ¿Cuál de esas tres respuestas es la adecuada? Ninguna. O, si queremos ser del todo precisos, sería más adecuada decir que absolutamente todas. Si a eso le sumamos que a veces es difícil calificar como medio artístico cualquier forma de expresión del arte, la situación se torna complicada.
Por ejemplo, nadie duda que las palabras se emplean para crear arte, y es lo que llamamos literatura; pero si se usan para escribir unas instrucciones farmacéuticas, la funcionalidad desplaza al completo cualquier posible sentido artístico. De igual modo, la gastronomía de una región concreta nos habla de la necesidad de alimento que el organismo humano tiene, pero no por ello no es arte; porque cuando un chef elabora sus platos con una presentación creativa, con una temática concreta o con un gusto estético evidente, eso, señores y señoras, es arte. De hecho, en la repostería de cualquier pastelería industrial de Madrid encontramos una respuesta a las tres preguntas. Un roscón de Reyes, sin ir más lejos, es una plasmación del mundo, la expresión de los sentimientos del repostero y el reflejo de una cultura, en este caso la cultura de Europa Occidental.
¡Y todo ello podemos encontrarlo en cualquier fábrica de pastelería! Bueno, y también si buscamos más información y fotos sobre dulces y pasteles en páginas especializadas como http://www.productosluque.es. Allí es cuando nos damos cuenta de que la comida no necesariamente sirve para alimentarnos, sino que también puede emplearse como arte plástico, para expresar algo; una idea, un cuento, una leyenda, nuestras emociones más profundas y un largo etcétera. Espero que ahora, desde este año, disfruten aún más del roscón.
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