El cine influye en la gente, esto es una verdad como un templo. Por mucho que vayamos a ver una película pensando que es ficción, los personajes construidos para ella tienen un carácter, una personalidad, virtudes y defectos; ergo, son modelos de conducta para la gente que paga una entrada solo para ir a verlos. De hecho, no hay modelos de conducta más exitosos hoy por hoy que los superhéroes; porque, por mucho que casi todos ellos tiren rayos por los ojos, saquen garras, escalen edificios o hagan acrobacias imposibles, hay algo verosímil en todos ellos, algo real: el código moral y los valores que los guían. Por eso, considero que es bastante ingenuo aseverar que la ficción, por el mero hecho de ser ficción, carece de importancia; puesto que los seres humanos, animales miméticos como somos, queremos imitar todo aquello que nos resulta atractivo y respetable, exista o no en la dimensión real del término.
Dicho esto, me gustaría hablarles un poco de lo que ocurre cuando la influencia es negativa; y a través de un ejemplo muy concreto: las películas carcelarias. Es verdad, la cárcel no es un lugar agradable, y si estás en ella nunca es motivo de alegría; no obstante, este tipo de películas ha generado en nosotros un rechazo hacia las rejas y los barrotes en todos los ámbitos de la vida, y eso no es demasiado bueno. Se estarán preguntando en qué ámbitos puede ser necesario una reja, y les respondo a través de esta página: Cerrajeria5r.com. Si buscan más información, sabrán que se trata de una empresa de instalación de rejas en Madrid; es decir, sistemas de seguridad que, mediante ventanas de aluminio y, por qué no, terrazas de aluminio, protegen la vivienda del interesado. ¿Lo ven? Los barrotes no siempre son malos en esta vida ni todos se traducen en una prisión fría y oscura. No se crean solo lo que ven en pantalla, porque esa actitud, al final, es nociva; al fin y al cabo, todo lo que nos creemos se queda en el inconsciente y sale cuando menos lo esperas.
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