Por mucho que a las generaciones mayores les moleste, los tiempos cambian, y es natural que ciertas formas de actividad o de tradición sean sustituidas por otras más modernas y que, generalmente, nos facilitan más la vida. Es por ello que a mí personalmente me molestan mucho aquellas personas que, sin ser realmente tan mayores, tienen mentalidad “de viejo” o “de vieja”, porque, por ejemplo, muchos de ellos se criaron en los años ochenta, una década en absoluto mitificada en todos los aspectos... ¿Detectan mi ironía? Espero que sí. Pero lo que no es ironía es lo que voy a decir a continuación: en el ámbito del conocimiento, la herramienta no es lo que importa, sino el conocimiento en sí mismo; así que ¿qué más dará que cambien los métodos de enseñanza y que la tecnología sea un sistema cada vez más usado mientras los alumnos aprendan cuestiones de historia, de filosofía, de matemáticas o de lengua?
Y no solo los alumnos de la enseñanza básica, es decir, de colegios e institutos, sino también los universitarios que buscan especializarse en esa rama del saber que siempre les ha entusiasmado. Por ejemplo, un alumno de la carrera de Psicología, hasta la fecha, tenía que enterrar la nariz en libros enormes de la materia para aprender cosas sobre Sigmund Freud o sobre Carl Gustav Jung; y no es que no lo siga haciendo, porque las bibliotecas, gracias a Dios, siguen existiendo. Eso sí, perfeccionadas y modernizadas. Ahora, un alumno que entre en una de ellas a buscar información sobre Jung, por ejemplo, a lo mejor no tiene que buscar en libros polvorientos, sino sentarse en un PC de la sala de ordenadores y recopilar más información sobre este pensador entrando en la web de la Sociedad Española de Psicología Analítica, más conocida como SEPA; una web de gran utilidad sin ninguna duda.
Pinchando ahí, el alumno puede enterarse no solo de la base del pensamiento del erudito en cuestión, sino saber cómo se organiza en España la comunidad de psicólogos que ha decidido seguir sus pasos. ¿Ven? Los avances son maravillosos.
|