Regalar un reloj es como regalar un perfume: hay uno apropiado para cada tipo de persona. Es posible que algunos piensen que estoy exagerando; al fin y al cabo, no hay nada tan subjetivo y heterogéneo como una fragancia de perfume. Las fragancias no son siempre iguales y pueden variar si simplemente les añades unas gotas de algún otro componente. ¿Y los relojes? Bueno, los relojes pueden ser muy diferentes entre sí; pero son tangibles, reales y tienen una forma tan concreta, que es difícil hacerlos de tantos tipos como perfumes hay en el mundo. Aun así, yo lo mantengo: hay un reloj para cada tipo de persona, y esto es así porque no se trata solo de un objeto funcional, sino de un adorno estético que dice mucho de nuestra personalidad. Un reloj digital puede asociarse a una deportista veinteañera, un role a un caballero adinerado de treinta años y un reloj de cuco, a un abuelo que colecciona objetos artesanales. ¿Lo ven? Los relojes llevan arquetipos implícitos, si bien los que he mencionado yo solo son unos pocos ejemplos.
La cuestión es que, si ya de por sí es complicado adjudicarle un reloj a una persona, imagínense regalarle uno. La venta de relojes en España, como en cualquier otra parte del mundo, está extendida; e incluso existen tiendas especializadas físicas y con página web, como Comproreloj, donde hay mucha más información sobre precios, modelos y cómo conseguirlos. El ejemplo que les acabo de poner, por ejemplo, ilustra la compra de relojes en Madrid y en muchas de sus zonas, algunas de ellas archiconocidas; por ejemplo, el cliente interesado puede, si quiere, comprar un reloj en el Barrio de Salamanca. Como pueden ver, lugares de compraventa no faltan; ahora bien, no basta con eso, y, cuando vamos a adquirir uno para regalárselo a esa persona tan especial, tenemos que ir ya con una idea más o menos clara de sus gustos, su estilo al vestir, su color favorito y las ocasiones en las que más relojes usa. Una vez hecho eso, podemos efectuar una buena compra y sentirnos satisfechos.
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