A menudo discuto con mis amigos, en el sentido benévolo de la palabra, sobre el verdadero significado de la palabra “cinéfilo”. Es decir, el motivo central de la discusión en cuestión es el siguiente: ¿qué define a un verdadero amante del cine? Y a menudo, nuestro pequeño y recurrente debate se extiende a otro tipo de “frikis”; como, por ejemplo, los megalómanos. Es decir, ¿cuándo podemos decir que una persona ama de verdad la música? Evidentemente, no hay una opinión objetiva sobre nada de todo eso, puesto que, si la hubiera, no habría debate, o por lo menos no volvería a haberlo. Lo más interesante es entrar en el terreno de lo “moral”: si recurrimos a las descargas de música y a las descargas de vídeos, ¿amamos realmente estas dos industrias?
Yo, desde luego, pienso que sí; porque una persona que no esté absolutamente enamorado del cine o de la música no haría cualquier cosa para escuchar nuevas canciones o ver nuevas películas; y eso incluye conseguir lo que se desea ver de cualquier forma posible. Luego, eso sí es verdad, considero que un fan de determinada película o grupo de música hará lo posible para comprarse los cds y dvds de su producto favorito, pero eso ya es otra historia. En fin, vamos a cambiar radicalmente de tema: el caso es que estas personas que aman el cine y la música normalmente tienen algunos problemas derivados, principalmente, del poco espacio del disco duro para guardar archivos. ¿Qué se hace entonces?
Pues lo que haría cualquier persona sensata: intentar agenciarse un “almacenador externo”, una especie de extensión de la capacidad del ordenador. Sí, hay una serie de aparatos que sirve para eso, pero, la verdad sea dicha, el hecho de que sean soluciones físicas no supone sino otra serie de problemas: de espacio y monetarios. Por eso, yo siempre recomiendo visitar esta página, privadocs.com, y adquirir información sobre OneDrive, la solución definitiva a todos esos problemas puesto que permite guardar archivos en una nube de internet sin mayores dificultades. Muchos lo usamos y merece la pena. |