Hoy es un día triste para quienes, como yo, somos amantes de la literatura fantástica de calidad y, al mismo tiempo, buscamos en ese género obras adultas que sepan utilizar el humor para distinguirse del resto y que sepan reírse de sí mismas y de los tópicos más explotados en el universo de la espada y la brujería. Es triste, decíamos, porque ha muerto una de las figuras insignes no solo del género, sino de la literatura británica e incluso de la universal, diríamos los más osados. Porque Terry Pratchett, que así se llamaba el genio, supo crear un imaginario tan inolvidable como el del mismísimo Tolkien y, al mismo tiempo, todavía más original. ¿En cuántas obras de fantasía una tortuga gigante surca el espacio con cuatro elefantes sobre su caparazón y un disco que resulta ser el mundo plano imaginado por los antiguos?
Lo normal cuando muere una personalidad trascendental de la literatura, de la música, del cine y del arte en general es que aquellos que desconocían su obra se interesen repentinamente en ella. Esto tiene una doble cara: por un lado, la buena, que es la que nos hace pensar que eso es estupendo porque así muchas más personas conocerán su obra e inmortalizarán su nombre; y por otro, la mala, porque es triste que esta clase de booms solo ocurran cuando dicho artista ha muerto. Yo prefiero ser optimista y quedarme con lo primero; y por eso mismo, consciente de que la obra del autor es muy extensa y que muchas personas no podrán acceder a ella sencillamente comprándose un libro, me voy a tomar la libertad de recomendarles las descargas de eBooks de Mundodisco, su más conocida saga literaria.
Estamos acostumbrados a descargarnos música y también a descargarnos vídeos, de modo que mi sugerencia no debería extrañar a nadie. Eso sí, estamos hablando de unos setenta libros y es posible que necesiten espacio donde guardarlos todos, en cuyo caso recomiendo OneDrive; y pueden obtener más información sobre su capacidad de almacenamiento en https://www.privadocs.com. Ahora bien, si les gusta lo que leen, compren; es lo mínimo. |