Organizar una fiesta nunca es sencillo. Los que creen que sí, piensan que todo es muy sencillo: adecuar el salón de su casa, poner música, comprar comida y bebidas, invitar gente y se acabó. Créanme cuando les digo que conozco a más de un organizador de fiestas novato que ha pensado eso y luego le ha salido el tiro por la culata; para empezar, porque el primer paso para organizar un evento así es pensar en lo que sin duda es el pilar básico de su éxito: el presupuesto. No se trata de ver cuánto dinero se tiene en el banco y de hacer una lista mental rápida de las cosas que se quieren, en absoluto; lo que hay que hacer, en primer lugar, es hacer una lista de verdad, es decir, física, dividiendo por apartados y estimando el precio aproximado. Luego, hay que procurar buscar tiendas y lugares de suministros a los que telefonear o a los que acudir para asegurarse al cien por cien de cuánto costaría la decoración, la comida, las tarjetas, etc.
Porque sí, hay que pensar en todo: en si se compra comida preparada o vamos a cocinar nosotros, lo cual significaría informarse de sitios económicos de comida para llevar o elaborar una lista de ingredientes con el consiguiente precio total del supermercado; en si elaboramos tarjetas de invitación dignas o simplemente vamos a prescindir de ese paso; y, por supuesto, en la música. Ah, la música..., parece lo más fácil pero, en realidad, es lo más difícil; sobre todo si lo que vamos a organizar es una fiesta temática. A menudo creemos que con descargarnos música -o, si vamos un paso más allá, descargarnos vídeos de dichas canciones para crear ambiente- basta; pero lo cierto es que a menudo es más difícil de encontrar toda la música que necesitamos para nuestra fiesta. ¿Y luego dónde la guardamos? También hay que ser previsor en ese sentido. Yo recomiendo OneDrive porque es un programa muy sofisticado y tenemos todos los archivos a un click de distancia de internet. Sobre eso, tienen todavía más información en Privadocs.com. |