Las rehabilitaciones de cubiertas para impermeabilizarlas y evitar humedades, es muy común en todos los edificios. Según el tipo que elijamos, su vida útil será mayor o menor. Por eso es muy importante hacer la elección correcta.
La duración y efectividad de la impermeabilización va a depender de la calidad de los materiales, del sistema que se emplee (sistemas líquidos o de láminas) y de su posterior servicio de mantenimiento. A parte del mantenimiento de cubiertas y tejados habitual, revisión de sumideros para evitar que se obstruyan, un tipo de impermeabilización u otro, requerirá más o menos mantenimiento y, por consiguiente, un mayor o menor gasto.
Ante todo, antes de contratar a una empresa que se ocupe de la rehabilitación de cubiertas (www.hermorehabilitaciones.com) debemos informarnos de si se trata de una empresa seria, profesional y con años de experiencia en el sector y que cuente con la maquinaria adecuada para facilitar y agilizar el trabajo (plataformas elevadoras) y oficiales de los distintos sectores (albañiles, fontaneros, carpinteros, pintores, escayolistas) con el objeto o la finalidad de dar respuesta a todos los problemas que pudieran surgir en el transcurso de la rehabilitación del edificio. Una empresa con garantía es la que ofrece una atención personalizada que ayude al cliente a confiar en el profesional y la presentación de un presupuesto escrito y sin compromiso en el que se especifique la duración del trabajo y su precio.
Hasta el momento nos hemos centrado principalmente en las cubiertas, pero también es importante rehabilitar las fachadas de los edificios que sufren muchos desperfectos con el paso del tiempo y la acción de las lluvias y los cambios bruscos de temperatura. Mantener una fachada en buen estado, no sólo hace que la imagen del edificio sea mucho más estética sino que nos evitará problemas más graves que pudieran surgir en el transcurso del tiempo y además a la hora de reformar la fachada, podemos incluir materiales aislantes que eviten fugas (ventaja que se traduce en las facturas de la electricidad, aire acondicionado, calefacción) y que impidan la filtración de humedades y la posterior aparición de hongos. Poniendo freno a todo lo que deteriora una fachada, alargaremos la vida del edificio. |