Las personas mundanas, es decir, la gente de a pie, apenas saben de electrónica y comunicaciones. ¿Qué saben, en realidad? Por lo general, que existe el teléfono y que, gracias a internet, ahora también es posible hacer llamadas y videollamadas a través de internet y empleando únicamente las facilidades que ofrece el Skype, el programa de mensajería de la década sin contar el WhatsApp. Sin embargo, ¿cuántas personas llegan a plantearse alguna vez cómo es esto posible? ¿Cuántas saben que la tecnología empleada en esto de las llamadas “telefónicas” vía Skype no tiene nada que ver con el rudimentario teléfono? Yo, que me dedico a esto y hago encuestas muy a menudo, conozco más o menos la respuesta: muy pocas o ninguna.
En pocas palabras, podríamos dividir las opciones de comunicación en dos extremos polarizados: el analógico y el digital. Todo lo analógico es todo aquello que necesita un cable, como el teléfono, mientras que lo digital no precisa de él, sino de datos; y esto último es lo que recibe el nombre de “digital”. El Skype, por lo tanto, utiliza tecnología digital, y además tiene un nombre: la voz IP. Existen numerosas páginas web que explican qué es eso de la voz IP, pero yo me he decantado por esta porque es la que a mi juicio tiene más información: http://innovamer.es. En ella, no solo se explica qué son los operadores de voz IP de Las Palmas, sino que clasifica todos aquellos ámbitos en los que este tipo de tecnología tiene cabida y es crucial.
Por ejemplo, ¿sabían ustedes que las centralitas virtuales pueden también integrarse en teléfonos fijo y móvil? Probablemente no, pero el caso es que toda la información que precisan saber está ahí, aunque lo único que deseen sea satisfacer su curiosidad y nada más. Lo que yo tengo claro es que la voz IP no es el futuro, sino el presente; porque ya está aquí, y el hecho de que la mayoría de usuarios no lo sepan no hace menos imprescindibles su presencia y su uso. Por eso, quiero que todos sepan, al menos, su nombre. |