Creo que ha llegado el momento de admitir mi problema: soy adicta a internet. No tiene tanto que ver con el número de horas al día que gasto navegando, un mínimo de diez horas, como por la ansiedad que me produce estar un día sin conectarme. He llegado a rechazar planes increíbles con mis amigos, como escapadas de fin de semana a otra ciudad, solo porque la idea de no tener internet durante dos o tres días me hacía hiperventilar; y eso teniendo dinero para viajar, que tiene más delito. Al principio no era consciente de mi problema, pero hace dos semanas empecé a darme cuenta de lo que pasaba y me asusté.
El suceso que provocó que me diese cuenta de hasta qué punto dependo de internet fue que mi router se rompió. Era la primera vez en siete años que se rompía, así que no estaba preparado para ello. Al principio, con aparente calma, pensé que sería un problema de red y esperé a que volviese, pero pasaron las horas y no ocurría nada. Entonces me asusté, sufrí e incluso lloré, y fue cuando lo supe: tenía un problema. En fin, por suerte, el técnico vino a traerme un router nuevo justo al día siguiente, y como me sorprendió su eficacia, lo felicité. Él me dijo que, antes de ser técnico de Movistar, había trabajado gestionando el mantenimiento de muchos aparatos eléctricos en una tienda, y había aprendido mucho de aquello.
Sea como sea, gracias a su buena gestión de mantenimiento volví a tener internet, pero el problema seguía ahí. Lo primero hice cuando dispuse de conexión de nuevo, y no sé por qué, fue buscar alguna página web que se dedicase a eso, a gestionar el mantenimiento de distintos aparatos, y así encontré http://tcman.com/eses. Entonces pensé que yo también tenía un trabajo y mi vida no podía ser solo internet. |