Necesito dinero. Qué revelación, ¿verdad? Muchos de ustedes se estarán riendo ahora mismo, y además con una risa burlona y cruel, mientras dicen en voz alta que menuda novedad, como si nadie en el mundo quisiera dinero. El dinero, por desgracia, es lo que mueve el mundo, así que es natural que sea aquello que aspiramos conseguir; no como fin en sí mismo, sino como medio para lograr un fin mayor, algo que nos haga ilusión o que necesitemos. Eso de la necesidad es lo más aterrador, puesto que, si es necesario, ¿por qué tiene que tener un precio? Así funcionan las cosas en nuestra sociedad.
Suerte que existen los préstamos personales. El dinero lo necesito para comprarme una casa, porque, si mi mujer y yo no damos ya el paso, nos vamos a ver toda la vida de alquiler, y eso es algo que no queremos. No, no por un capricho, sino porque, si pagamos una casa propia, esa deuda ya no la tendríamos. Por eso, y volviendo a lo que dije al principio de este párrafo, queremos un préstamo. Ahora mismo, nos estamos informando a fondo sobre los préstamos hipotecarios; o sea, qué condiciones hay, qué documentación se requiere, qué consecuencias hay en caso de pedirlo, etc.
No se crean que esto es lo único que estamos investigando, ¿eh? Cualquier cosa legal que sirva para que ganemos dinero, un dinero que reservaremos para comprarnos un piso, nos vale. Entre otras cosas, hemos estado viendo cosas de empeño de vehículos. El año pasado me compré un coche nuevo y tenemos el que usaba antes, un poco más viejo, arrimado, y creo que nos pueden dar bastante por él. Al fin y al cabo, nadie más lo usa, porque mi esposa también tiene vehículo propio, más nuevo y mejor cuidado que ese.
En conclusión, algo tiene que salir bien. Quiero tener mi casa. |