En las personas adultas la pérdida de audición puede ser total o parcial, gradual o repentina, temporal o permanente. De forma general, la pérdida auditiva es más frecuente conforme nos vamos haciendo mayores y puede afectar a un oído o a ambos. Las causas más frecuentes de una mala audición en personas adultas son:
* Por infección de tipo bacteriano del oído medio.
* Por ruido, una explosión fuerte en un momento puntual puede dañarnos el oído, pero también una exposición continua a ruidos que superan el umbral permitido, este caso es muy frecuente en determinadas profesiones como puede ser la de carpinteros, mineros, operarios de fábrica, trabajadores de la construcción...otra de las posibilidades es la de escuchar música o ver la televisión a un volumen muy alto.
* Por padecer otoesclerosis o el crecimiento anormal de los huesos del oído medio.
* Por traumatismo, podemos sufrir accidentes que lesionen o perforen el tímpano.
* Por fármacos, determinados medicamentos pueden provocar pérdida auditiva gradual.
* Por edad, es muy frecuente que al ir cumpliendo años, uno o ambos oídos se vean afectados.
Sea la causa que sea, el especialista de un centro auditivo es quién tiene que analizar el tipo y grado de afección auditiva y recomendarle el audífono adecuado a sus necesidades y a su morfología.
Los signos más evidentes que revelan que algo no marcha bien son, la dificultad para entender una conversación telefónica o una conversación normal con ruido de fondo o cuando tiene que poner el volumen del televisor o de la radio muy alto para poder escuchar lo que se dice.
Ante un problema auditivo, puede ser reacio a ponerse los audífonos porque le hacen sentirse inferior al resto, los audífonos digitales son inapreciables o, porque los precios de los audífonos le parecen excesivos, hay ayudas y subvenciones para conseguirlos a un buen precio.
Si tiene que usar audífonos, no hay excusa para no utilizarlos. |