Mi sobrina es mi vida. Todavía no tengo hijos, pero ella es como si lo fuera porque sus padres están todo el día trabajando y yo soy quien me encargo de llevarla al cole, ir a buscarla y pasar el resto del día con ella hasta que llegan sus padres. Gracias a Dios, mi trabajo me permite hacerme cargo de ella. Lo mejor de todo es que juntas nos lo pasamos muy bien, yo disfruto con ella, con lo que me enseña, y ella conmigo también. Ahora le ha dado por diseñar ropa original para niñas porque está viendo una serie en la que su protagonista se dedica a eso.
Créanme, no se le da nada mal. Más de uno de sus trajes me ha dejado sorprendida. Ella los dibuja a su manera, que a todas estas para los seis años que tiene, maneja muy bien el lápiz e incluso hace diseños para todo tipo de chicas: anchas de cadera, gorditas, flacas, altas, bajas, etc. A veces, cuando le pregunto por qué ha escogido ese modelo para una chica determinada me da incluso explicaciones que me dejan pensando porque de alguien debió aprenderlas.
El otro día me hizo dos bocetos que, según ella, eran ella y mi cuñada. Le encanta vestir como mamá porque la verdad es que mi cuñada es joven, viste muy juvenil, combina perfectamente toda la ropa y sabe qué ponerse en qué ocasión. Desde luego, la creatividad de mi sobrina es algo que proviene de los genes, pues también eso heredó de su madre.
Para que se hagan una idea, cuando voy a salir de fiesta o algo es mi sobrina la que me escoge la ropa. Ella me tira el ropero abajo, pero siempre da con la clave. Algo que yo no combinaría ella viene y me dice: "tita, ponte esto. Verás cómo queda" y cuando me lo pongo ¡resulta que acierta!
Es todo un lujo tener sobrinas como la mía. La adoro. |