Tengo apenas veintiséis años y casi se podría decir que he sido testido de muchos de los avances que la tecnología ha ido consiguiendo. Recuerdo que tuve mi primer ordenador con unos quince años más o menos y que este no tenía Internet. Me lo compraron mis padres porque el colegio en el que estudiaba siempre iba a la última de las novedades y querían empezar a introducirnos en ese mundillo informático para que aprendiésemos a hacer trabajos con ordenador. En ese entonces, aún no sabía lo que era el escritorio virtual y creo que, si existía ya en esa época, yo nunca lo aprendí.
Hoy en día, los niños nacen con un portátil, una tablet en una mano y un iPad en la otra. Eso, aparte de un ordenador de sobremesa de última tecnología, un smartphone y no sé cuántas cosas más. Todas ellas, tecnológicas.
Vengo a decir todo esto porque estoy gratamente sorprendido de que a día de hoy podamos hablar de tantísimos logros en lo que a tecnología se refiere. Sinceramente, nunca imaginé que fuésemos a llegar a tanto porque, incluso cuando hacía aquellos trabajos, recuerdo que ya el hecho de tener Internet en casa era lo más de lo más. Eso te dotaba de cierto prestigio, puesto que encima era algo "para ricos".
Ahora no solo es que contemos con nuevos productos al servicio y disposición de todos los ciudadanos (usuarios de Internet), sino que además son en su mayoría gratuitos. De modo que lo único que tenemos que pagar es la cuota mensual a nuestra compañía telefónica.
Un ejemplo de ello es la nube de almacenamiento o lo que es prácticamente lo mismo el escritorio virtual, pues aunque muchas de las nubes cuentan con modalidades de pago, el servicio básico es gratis. Hace diez años, cuando tuve mi primer ordenador, nunca imaginé poder tener hoy un sitio donde guardar mis archivos en Internet.
¿A dónde llegaremos con esto?
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