Mi hermana mayor estudió Historia en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y, tras haber sacado su carrera decidió emprender rumbo al extranjero a un sitio que siempre le había llamado la atención pero al que nunca antes había tenido oportunidad de ir. En un principio, todos creímos que iría de vacaciones y que volvería porque, en cierta medida, estábamos segurísimos de que se cansaría rápido. Para nuestra sorpresa, encontró trabajo y ahora quiere quedarse; de modo que eso de enviar paquete a China, que es a donde se ha ido, se ha convertido en parte de nuestra rutina mensual.
Para ser honesta, le he mandado de todo: ropa, complementos, joyas, documentos que tenía y que necesitaría... Vamos, se podría decir que le he enviado de todo, o sea que yo a las empresas de mensajería que se dedican a enviar paquete al mundo entero les estoy sirviendo de gran ayuda. El caso es que la última petición que me hizo, cómo no, era la de mandarle cajas de tabaco. Nos prometió que dejaría de fumar, pero se ve que no solo no ha podido, sino que además no le gustan las marcas de tabaco de allá o algo así.
Si tengo que mandarle cajetillas de tabaco, con las restricciones que ello conlleva, con lo que encima ella fuma, voy a tener que montar un negocio de eso yo. Así que el otro día, buscando por Internet, encontré una web de cigarrillos electrónicos que parecía estar muy bien. Encima, por lo que entendí, estos productos empezaron a comercializarse en China, por lo que allí ha de haber avanzado muchísimo la tecnología de estos aparatitos tan novedosos. Me estoy planteando cómo decirle a mi hermana que para no tener que estar con el envío de paquetes todo el día, lo mejor será que pruebe en esa web. Igual le gusta el electrónico y ya no quiere más tabaco. |