En los últimos tiempos, se ha estado hablando mucho sobre el cigarrillo electrónico y su validez como alternativa al tabaco de toda la vida. En un principio, los consumidores de tabaco rechazaban por completo la idea de pasarse al cigarrillo electrónico porque, según ellos, no había estudios que demostrasen lo dañino que este podría ser para su salud. Y en efecto así era hasta hace poco, pues no había apenas pruebas que efectivamente diesen a entender que este era mejor que el tabaco de siempre. Cuando las universidades del mundo se pusieron las pilas y empezaron a investigar todo lo relativo a los cigarros de vapor, se pudo confirmar al fin que esta alternativa no solo era menos perjudicial sino que también era menos costosa. Eso, entre otras cosas.
Y es que según esas investigaciones, hay bastante diferencia en lo que concierne a los precios de uno y otro. Para que podamos hacernos una idea, tomaremos como ejemplo un gráfico que explica el funcionamiento del cigarrillo electrónico. En él se explica que de un solo cartucho de los que poseen los cigarros de vapor se pueden inhalar unas trescientas caladas, mientras que un tabaco normal resistiría una media de entre doce y catorce caladas.
Es decir, que necesitaríamos unos veinticinco cigarros de los de siempre para alcanzar el número de caladas que un solo cigarrillo electrónico permitiría. Si tenemos en cuenta que una caja de tabaco trae una media de unos veinte cigarrillos, veremos que el de vapor no solo sería menos dañino, sino que encima sería más económico.
Otras de las características de este tipo de producto tan novedoso es que no perjudica al fumador pasivo, ya que esta alternativa funciona con vapor, por lo que no daña a los pasivos en la misma medida que sí lo hace el humo de tabaco. Con todo ello, ¿no has pensado ya en comprar cigarrillo electrónico? |