Años atrás, he necesitado de un dispositivo, aparato o lo que quiera que fuera donde poder guardar mis documentos de forma segura. Hasta ahora, lo más viable que había encontrado era un pendrive, y, cuando necesitaba guardar archivos más pesados, el disco duro. Ambas opciones me habían solucionado muchas cosas a lo largo de mi carrera. El problema es que, como el pendrive era lo que siempre solía tener en mano, muchas veces tenía que borrar unos documentos para poder incluir otros porque el espacio no me permitía otra cosa. Y claro, no iba a estar cargando con el disco duro en el bolso a todas partes, entre otros motivos, porque el mío es de los antiguos y ocupa bastante espacio, además de que pesa.
Gracias a esta misma conversación que tuve con un compañero de clase y que empezó con el comentario de "los trabajos van a acabar con mi paciencia; no tengo hueco donde meterlos ya y no los quiero eliminar", es que me enteré de que existía una útil herramienta de la que no había oído hablar en la vida. Se trata de Dropbox, una nube de almacenamiento gratis a la que puede acceder cualquier usuario de Internet que se registre en ella. Para los que no lo sepan, la nube es un sitio que se aloja en Internet y al que puede acudirse siempre que se desee guardar archivos, aunque también estos se pueden compartir con el resto de personas que la usen.
En este sentido, solo puedo decir que esta aplicación ha resultado ser una herramienta muy útil para el almacenamiento de datos porque el espacio es ilimitado. Hay muchísimas nubes además de esta, unas gratis y otras de pago. Además, hay algunas gratis pero con cierta limitación de espacio, pero que por una módica cantidad de precio puedes hacer ilimitado.
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